Las dos orillas
José Joaquín León
Noticia de Extremadura
Dónde están ahora, tras los escándalos del caso Koldo-Ábalos-Cerdán, las feministas que clamaban en la calle al grito de “hermana yo si te creo” cuando el ‘piquito’ de Rubiales?
La humillación hacia las mujeres que se desprende de las conversaciones machistas de Koldo y Ábalos tratándolas como simples objetos intercambiables a su gusto, es algo completamente inadmisible en una sociedad como la española que se dice igualitaria y más feminista que ninguna. Mujeres que elegían de catálogos de prostitución y pagaban con el dinero de los impuestos de los españoles, y que luego colocaban en empresas públicas pagadas también con nuestro dinero. Un auténtico escándalo mayúsculo, perpetrado además por quien decía “soy feminista porque soy socialista”. Intolerable ¿Dónde están ahora esas feministas exacerbadas?
Pero hay mucho más que este escándalo de prostitución. Está también el de Paco Salazar, el cuarto hombre de confianza de Sánchez, acusado de presunto acoso sexual a trabajadoras del PSOE, que tenían miedo de denunciar su situación y ha tenido que ser la prensa quien destape el caso, ¿dónde están ahora esas frenéticas feministas para apoyar a estas trabajadoras?
Y qué decir de las lindezas que ha dicho Ábalos acerca de que si estuviera con una abuela que diera asco no le tendrían envidia. En pie de guerra deberíamos estar todas las mujeres ante semejantes e insultantes declaraciones. Porque las abuelas no dan asco, todo lo contrario, son un pilar fundamental en las familias y la sociedad, que lo han dado todo con su esfuerzo y que ahora son insultadas gravemente por este sujeto sin que nadie diga nada ¿dónde están ahora esas feministas para defender a las todas las abuelas de España? Ah, y si Ábalos está con mujeres jóvenes es porque paga, porque, dada su edad, el papel de abuelo es el que le corresponde.
Pero los escándalos socialistas relacionados con las mujeres no acaban aquí, el último, el secreto a voces de los negocios de saunas-prostitución de la familia Gómez, que Feijóo ha destapado en el Congreso y que ha ofendido a los socialistas de piel más fina, mientras Sánchez –cínicamente ahora dice querer abolir la prostitución– guarda silencio, ¿dónde están ahora las feministas que abominan de la prostitución?
Hipocresía, hipocresía y más hipocresía. Lo importante es seguir viviendo de lo público…
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