Las dos orillas
José Joaquín León
Sumar tiene una gran culpa
Cae el sol, pintando el cielo de un revelador naranja que anuncia la permuta: la luz natural se esfuma y el alumbrado navideño acapara el protagonismo. Granada bajo la tiranía de millones de led, metáfora infinita de una época, la navideña, en la que debería aflorar la esencia y no la apariencia. El embrujo indómito de una ciudad mágica como la que descansa a las faldas de la Alhambra invita a reflexionar sobre lo verdaderamente sustancioso. Recogidas, la calle que todo contempla, la que empieza en el corazón de la capital y termina casi en la Vega, como alegoría de esas dos realidades aquí reflejadas.
También te puede interesar
Las dos orillas
José Joaquín León
Sumar tiene una gran culpa
Manual de disidencia
Ignacio Martínez
Moreno no sabe contar
Crónicas levantiscas
Feijóo y otros mártires del compás
Postdata
Rafael Padilla
Las verdades de Gates
Lo último