Los más supersticiosos que piensan que pasar por debajo de una escalera acarrea mala suerte sin duda pueden respirar tranquilos con la de la imagen. El espacio que hay entre la escalera en la que trabaja el operario y el muro es tan reducida que hace imposible que alguien pueda pasar por debajo de la misma, ni por muy despistado que vaya uno.
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