El valor de los médicos jubilados

Hace unos días, atendía en mi consulta del hospital a un compañero jubilado, que tuvo una brillante trayectoria como médico en la sanidad pública. Yo tuve la suerte de tenerlo como tutor durante mi residencia, y puedo reconocer que gran parte de la formación clínica que en la actualidad atesoro se la debo a él y a otros compañeros sénior con los que me formé hace ya casi 30 años. Me comentaba, que cuando visitaba el hospital como paciente, se sentía extraño y que, a pesar de que a todos los médicos que le atendían les transmitía que era un compañero jubilado, ya pocos de ellos/as le escuchaban. Decía sentirse poco útil desde su jubilación, a pesar de ser unos de los que dio un paso adelante en la reciente pandemia, no estando ya en activo. Siempre tuve hacia él una profunda admiración, y recordaba así el juramento hipocrático que destaca la profunda relación de respeto y gratitud que debe existir entre el médico y su maestro. La sanidad pública pierde una gran oportunidad desaprovechando el enorme caudal de sabiduría y experiencia de los médicos retirados. Y es que estos profesionales, que consagraron su vida a esta noble profesión, pueden ser de gran utilidad ante la alarmante escasez de profesionales que vivimos actualmente. Su labor no asistencial, en formación de otros profesionales, como consultores y realizando labores de educación y divulgación, talleres clínicos, humanización y planificación de la atención sanitaria, puede ser extremadamente útil. Su dilatada experiencia les confiere una enorme capacidad para la resolución de problemas clínicos complejos. Todo ello, por supuesto, siempre dentro de la voluntariedad y con la flexibilidad de un horario, que no les obligue a una jornada laboral “al uso”. Los médicos jubilados representan un recurso valioso para el sistema público sanitario, siempre que su incorporación se realice bajo criterios claros de formación, seguridad y respeto legal. Su experiencia y disposición pueden contribuir a mejorar la calidad asistencial, especialmente en momentos de necesidad, sin sustituir a los profesionales en activo. La clave está en crear mecanismos organizados que permitan aprovechar este potencial de manera efectiva y responsable.