Las dos orillas
José Joaquín León
Noticia de Extremadura
Nihil novum sub sole. Maduro es un dictador bananero como los de Roa Bastos, Miguel Ángel Asturias o García Márquez. Putin es un minúsculo zar amante del lujo bárbaro y la Gran Rusia. A Sánchez –el único presidente que se encerró cinco días por mal de amor herido dando la vuelta a la Oda al Dos de Mayo: “Oye, patria, mi aflicción”– cada vez se le pone más cara apretada de Calígula y Trump gobierna como si lo fuera, nombrando asesores que, seguro, son menos inteligentes que Incitatus, el caballo que el romano quiso nombrar senador. Netanyahu se cree (más bien lo finge para huir de las corruptelas que le persiguen) Josué conquistando Canaán. Xi Jinping, hablando con Putin de vivir hasta los 150 años, es la reencarnación de su antecesor Qin Shi Huang, el emperador obsesionado por la inmortalidad.
Quienes ya no cumpliremos los 70 años hemos visto de todo. Pero nada que en nuestra historia democrática se pueda comparar al momento político español actual y al panorama internacional. Desde 1945 se han producido guerras y matanzas, y han abundado las tensiones entre las dos superpotencias que estuvieron a punto de provocar la tercera guerra mundial aquel octubre de 1962 de la crisis de los misiles. Pero en aquellos momentos tan delicados el presidente de los Estados Unidos era Kennedy y el dictador soviético era Kruschev: midan la distancia que les separa de Trump y de Putin. Y tiemblen. En cuanto a España, ni siquiera Aznar –el papá de la boda de los condenados que hablaba catatán en círculos muy reducidos y castellano con acento tejano tras hacerle la pelota a Bush– gana a la baja a Sánchez. Solo Zapatero, quizás, le puede hacer sombra. Como en los casos de Kennedy y Trump o Kruschev y Putin, midan la distancia que separa a Sánchez de Suárez o González y saquen conclusiones.
Matanzas en Gaza, Ucrania, Sudán, Congo, Nigeria (las africanas, muchas veces de cristianos por islamistas, son las silenciadas de las que escribía ayer el compañero Carlos Navarro), drones y aviones rusos invadiendo espacios de la OTAN y esta avisando que los derribará si lo siguen haciendo, China camino de alcanzar la hegemonía mundial dándose la mano con Irán, Corea del Norte y Rusia… Stop the world, I want to get off! se llamaba una comedia musical de Bricusse y Newley.
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