NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Un milagro por Navidad: salvemos al país
Los relatos que los emigrantes de mi pueblo nos contaban a los chaveas cuando volvían de Alemania, nos asombraban, entonces, y me conmueven, ahora. Especialmente los que se referían a sus relaciones con prostitutas. Previamente, nos habían detallado las condiciones de vida extremadamente duras que tuvieron que afrontar, en los 60, para ahorrar gran parte de su sueldo y, al volver, emplear el dinero en comprarse un solar, en el que construir, con sus propias manos, una casita y dar la entrada para una moto con la que acudir, ya en Granada, a las obras que empezaban a proliferar. Habían obtenido los favores de las trabajadoras sexuales alemanas -–según nos contaban–, “por la cara”, sin pagar un duro. Pobres, menesterosos, expatriados, pero dotados, por lo visto, de los atractivos irresistibles del macho ibérico, conseguían de las explotadas, humilladas y estigmatizadas prostitutas germanas, accesos carnales, de balde. Fantasiosas autoficciones, con las que nos encandilaban y con las que embellecían sus asendereadas vidas de emigrantes. ¿Tanto ha descendido el encanto del macho ibérico en estos años, me pregunto, como para que responsables políticos de sedicentes partidos obreros tengan que emplear parte de sus ilícitas ganancias en contratar los servicios de trabajadoras del amor venal? ¡Fracasan donde triunfaron los emigrantes! Hasta el punto de obligar a Pedro Sánchez –reunido a solas, con mujeres feministas de su partido– a prometer la inclusión en los estatutos de un nuevo artículo que considere falta muy grave, sancionada con la expulsión del partido: “Solicitar, aceptar u obtener de una persona un acto sexual a cambio de una remuneración”. El anuncio habrá sido acogido en su partido con gran alegría: más puestos de trabajo de libre designación y más votantes agradecidos. La nueva Policía Secreta Antiprostitución (PSA) necesitará de un número importante de agentes. ¡Y la de contratas que habrá que gestionar, con las habituales mordidas, para la adquisición de ordenadores, sensores, cámaras, escáneres y furgonetas distribuidas por todo el país, que vigilen los numerosos locales de sexo venal! Pero quizá resulte más barato penalizar solo a Sánchez (¡disolución de los cuerpos represivos!), consumidor compulsivo de colaboradores corruptos. Rijosos, en modo emérito.
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