¿De qué presumen?

10 de diciembre 2025 - 03:07

Miedo me da pensar que los que hoy detentan la dirección de lo que llaman “socialismo” en nuestro país se me vengan a declarar adalides en la defensa de algún valor con dimensión certeramente social. Y este temor viene fundado en que no hay “títere” que toquen los que nos desgobiernan, que no se nos venga poco menos que al traste. Sí, naturalmente, lo primero que se nos viene a la cabeza es lo último de lo que toda la prensa y gran parte de la sociedad habla y cuestiona. Ahora, tengo en la memoria reciente la estampa del ex ministro de Fomento, Transportes y no sé qué otras cosas más; el que ahora está en la trena; afirmando, ante cámaras de televisión, que “él es feminista porque es socialista”. A las pocas semanas de la referida escena y en la cima del socialismo patrio imperante, se produce poco menos que un terremoto que deja al descubierto las prácticas de algunos que otros servidores en el palacio de la Moncloa, que ha sido denunciado por realizar prácticas guarras ante sus propias compañeras y conmilitonas poniéndolas en violentísimas situaciones, faltándoles al respeto debido, con absoluto desprecio y sin más miramiento ni tardanza que lo que alguno emplea en cerrarse la cremallera de bragueta… o mantenerla abierta.

Y por si poco fuese todo esto, por ahí andan un par de ministras –por lo menos y alguna vicepresidente andaluza– que ha dilatado en su ánimo de encubrir el asunto, tomar medidas drásticas para condonar este tipo de comportamientos, dejando a todas sus demás compañeras, de diversos lugares e instancias administrativas, abandonadas a los pies de los interfectos y asilvestrados abusadores.

Nunca pude imaginar; si me lo hubiesen advertido; que dentro del socialismo imperante y en sus más altas y destacadas instancias, se podría dar, durante años y con absoluta impunidad, la presencia dominante de energúmenos corruptos y asquerosos en sus gestos y trato con la ciudadanía, en general y en su relación con las mujeres –sus propias compañeras– en particular.

Se ve que este es uno de esos casos a los que se refiere aquel refrán: “Dime de qué presumes y te diré de lo que careces”. No podemos seguir –España no puede seguir– en las manos de esos tipos. Y tipas. ¿O no?

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