Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Muy posiblemente, los presupuestos generales del Estado tampoco sean aprobados para el año 2026. Y digo “tampoco”, porque en la actualidad el (des)Gobierno de Pedro Sánchez se está rigiendo –es un decir generoso– por los aprobados para el año 2023, que fueron los últimos que obtuvieron el apoyo de las cámaras legislativas. Fueron, pues, los últimos que, aunque tampoco cumplieron en su trámite los plazos establecidos, sí fueron aprobados por los representantes de la ciudadanía.
En esta ocasión –ahora– parece que eso no va a ser posible, pues ayer acabó el plazo para su presentación en el Congreso de los Diputados y aunque el (des)Gobierno se empeña en convencernos de que están tratando de cumplir los tiempos y tener las cuentas, el esfuerzo que dicen hacer en los ministerios económicos será, muy seguramente, absolutamente baldío, así que, otra vez, nos quedaremos sin saber qué cosas pretende atender con especial prioridad este desastre de consejo de ministros, cuyo (des)presidente, desde su llegada, ha propiciado que en España crezca de nuevo la pobreza: hoy día, los españoles necesitamos un 38% más de dinero, para comprar la misma bolsa en el supermercado, que hace seis años. Da igual. Se inventarán otras cifras, falsas, claro está. Nos mentirán sin la menor misericordia, con premeditación y sin conciencia.
Escribamos una perogrullada: un gobierno existe para que una nación pueda funcionar. ¡Ahí está! Sin embargo, esta gentecilla que, con ciega indignidad, ocupa sillones ministeriales, muchos de ellos absolutamente inservibles –los ministros, no los sillones– permanecen agarrados a los ajados damascos con los que están tapizados sus escaños ministeriales, como garrapatas chuponas en oreja de perro callejero.
Muchos de estos ministros –y ministras– cuando se marchen de donde ahora están: en nobles estancias palaciegas y pisando mullidas alfombras, difícilmente podrán volver a depositar sus ambiciosas posaderas en silla de alguna distinción. En el mundo civil, sirven para poco, en el de la administración pública –ya se ve– para nada. Y mientras, el 10% de los trabajadores españoles, teniendo que buscar un pluriempleo porque, con un trabajo solo, no se llega a fin de mes. Es menester ya que este (des)Gobierno se marche ¿O no?
También te puede interesar
Lo último