El socialista Torrente

08 de julio 2025 - 03:08

Cuando Torrente se postula ya para presidente, vía su portavoz Santiago Segura, por algo será. Es el Trump local, la España profunda palillo en boca con pánico al jabón, fé exclusiva en el fútbol y Franco, mirada babosa a la hembra que se le cruce y el trabajo chapuzas siempre en ‘b’ que hasta funciona.

Berlanguiano, valleinclanesco, es el pícaro del siglo de oro que en España nunca dejó de existir. Porque España es país de truhanes como nuestros políticos se encargan de recordarnos con la Gurtel o el caso Koldo. Se empeñan en que no perdamos memoria de lo que son capaces en cuanto dejan de tener encima controles y se empiezan a cruzar sus audios para repartirse lo nuestro. Una lástima.

Nos quedaba el consuelo de creer que había una reserva moral en los que se presentaban precisamente como el antídoto. Pero ahora es la derechona desmemoriada la que saca pecho mientras que los de la izquierda ‘moral’ ha perdido definitivamente cualquier precedente ético que les arrope desde que apareció el nuevo personaje del ‘putero de izquierdas’ que podría hasta eclipsar al mismísimo Torrente. Este nuevo espécimen ya mostró a sus mejores ejemplares por Andalucía con algún semental que hasta cargaba los servicios de sus ‘amigas’ a la tarjeta de la consejería. Pero tenía que dar el salto a la esfera nacional.

Las más damnificadas parecen ser las sufridas mujeres socialistas contentadas ya con su norma moralizante. Si aparece un putero, zas, zapatazo a la cucaracha. Extirpado, desvelado en su doble moral de fervoroso socialista que luego duerme acompañado a cuenta del partido. El socialismo hace mucho que se puso de rodillas ante el capital victorioso. Todo lo más ya sólo aspira a repartir el excedente. Pero lo que no nos esperábamos era que también les tirara el puticlú.

Así las cosas, Torrente ya tiene expedito el camino a la Moncloa para llenarla con sus ‘amiguitas’ sin pudor alguno. Porque teniendo todo lo malo de la condición humana, al menos este tipejo carece de la hipocresía y la doble vida que vemos en sujetos reales. Es torpe, zafio y vulgar pero sin afectación ni maquillajes éticos. A pelo. De frente. Dando asco pero recordándonos que a poco que bajemos la guardia se nos cuelan los ‘Torrente’ en las más altas magistraturas para ya nunca salir de allí jamás.

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