En 2019 llegó a Granada un AVE low cost. Recuerdo bien la cara del presidente del Gobierno cuando el tren se puso a 40 kilómetros por hora y pasaba por los túneles de Loja a apenas medio metro de las paredes. Estaba claro que era una chapuza heredada del gobierno Rajoy pero Granada llevaba cuatro años incomunicada por ferrocarril y había que terminar cuanto antes con esa situación. Sin embargo, eso no podía ser para siempre. Granada no podía quedar condenada a tener un AVE que tarda una hora en llegar a la estación de Santa Ana en Antequera y, por tanto, más de tres horas en llegar a Madrid. Así lo entendió el Gobierno de España. De forma inmediata, se puso manos a la obra para que Granada pudiera tener un AVE de verdad. En estos años, los avances han sido notorios. Sabemos que en los Presupuestos Generales del Estado para 2023 se ha incluido una partida de más de 100 millones de euros para la variante de Loja y la instalación de la doble vía en toda la línea. El impulso es potente. Si nadie lo paraliza en los presupuestos de los próximos años, Granada podrá tener en 2026 un tren realmente competitivo, más rápido por la variante de Loja, con más frecuencias por la doble vía y, en consecuencia, con atractivo para otras compañías que puedan competir con Renfe.

Por ello, resulta insólito que el alcalde de Loja se oponga a esta gran inversión del Gobierno de España en Granada y la considere un despilfarro. Es difícil entender la cortedad de miras. Mientras más trenes pasen por Loja y mejor funcione la línea, más beneficios habrá para la única parada posible entre Granada y Antequera. Pero el alcalde prefiere quedarse con los túneles del siglo XIX y el tren a paso de tartana. Eso sí, cuando se invierta en otro lado, será el primero en quejarse. Con esa actitud, no debe extrañar el declive que ha sufrido Loja desde que es alcalde el Sr. Camacho. Una ciudad tradicionalmente industriosa y emprendedora, con una excelente ubicación geográfica, ha caído en un letargo del que difícilmente va a salir mientras la gobierne alguien que prefiere quedarse estancado en el pasado en lugar de mirar al futuro.

Pero también sorprende que el PP de Granada y la consejera de Fomento guarden silencio sobre esta cuestión pues, en ese caso, debemos presumir que la posición del partido es la expresada por el alcalde de Loja, vicesecretario del PP de Andalucía ¿Se opone el PP a la variante de Loja? ¿Eliminarían la partida de los presupuestos si tuvieran oportunidad para ello? Son preguntas relevantes que están esperando respuesta.