
La colmena
Magdalena Trillo
Trump y Putin
El próximo lunes está prevista la toma de posesión de Trump como Presidente (otra vez) de EEUU. En esta ocasión, parece claro que podríamos estar en el inicio de una nueva etapa de la política internacional en la que gente poderosa, como Elon Musk, van a tener mucho control e influencia de manera explícita.
Como botón de muestra cabe señalar las intromisiones de Musk en los asuntos internos en países como el caso del Reino Unido o Alemania y cuyas consecuencias podrían ser el fortalecimiento de las fuerzas políticas de la extrema derecha y el debilitamiento de los sistemas democráticos, al menos tal como los hemos conocido hasta ahora. El riesgo está ahí.
Por otra parte, se adivina una lucha por el control geopolítico y económico a nivel mundial entre EEUU y China que probablemente deje a la Unión Europea como convidado de piedra con las consecuencias que ello puede tener en el adelgazamiento de nuestra potencia económica y de nuestro Estado de Bienestar.
Trump aparece en este escenario como una especie de consejero delegado bajo el control de personajes como Elon Musk o Mark Zuckerberg entre otros, dando la sensación de que más claramente que nunca, la política estadounidense está en manos de personas poderosas económicamente que tienen un modelo de sociedad en sus cabezas que ni ha pasado por debates sociales ni por el apoyo explícito en unas elecciones.
Todo esto ocurre en un contexto de enorme cambio por la irrupción de nuevas tecnologías (es el caso de la inteligencia artificial), por el control y manipulación social que estos personajes impulsan en las redes sociales o por la extensión del negacionismo.
Para no ser pesimista ante este panorama, sería necesaria una reacción inteligente y poderosa por parte de los líderes políticos de los principales países de la Unión Europea a fin de enfrentar la situación con alternativas y pedagogía social.
Para eso se requiere al menos un gran acuerdo europeo entre liberales y socialdemócratas. Y eso implica otro PP europeo desligado de la extrema derecha. Difícil ¿verdad?
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