Agua y sal en La Malahá
La granada del siglo XXI
El pueblo aún conserva muchos de los recursos relacionados con las aguas termales y las salinas que forman su identidad
El agua y la sal han estado ligadas al desarrollo de La Malahá desde su pasado árabe y de hecho fue precisamente su balneario lo que provocó el mayor auge del municipio, durante el siglo XIX. Pero además son la base de gran parte de su patrimonio. Los visitantes disfrutan de las salinas o los baños termales en un entorno privilegiado, cerca de la capital pero con el ambiente de un pueblo en el que la hospitalidad de sus vecinos anima a muchos a decidirse a pasear por sus calles y degustar la gastronomía de sus numerosos bares y restaurantes.
Las casas bajas, muchas de una sola altura, blanqueadas y en muchas ocasiones con las puertas aún abiertas para que los amigos sólo tengan que empujar antes de entrar, forman una estampa que recuerda a años pasados, pero que le da a este pequeño municipio una identidad propia. Menos de 2.000 habitantes residen en las calles de esta localidad granadina, y la mayoría han nacido y crecido allí. "Como ocurre en cualquier pueblo, las cosas también han cambiado aquí, ha llegado gente nueva, pero no cambiaría este lugar por ningún otro", señala una vecina, mientras limpia la puerta de su casa.
La ganadería continúa teniendo su lugar en el producto económico del municipio. Sin embargo, en la última década, la construcción había dejado a un lado tanto a aquélla, como a la agricultura, convirtiéndose en el principal motor de la economía malaheña. En este sentido, entre los habitantes del pueblo la crisis se ha notado de forma especia, aunque tratan de buscar alternativas y seguir adelante, aprovechando los recursos de un municipio que destaca no sólo por las nuevas construcciones sino también por un patrimonio histórico desconocido para muchos, pero con gran valor.
Así, desde el Ayuntamiento de La Malahá piensan ahora en nuevas vías para aprovechar estos recursos y convertir la localidad en un lugar de mayor atractivo turístico para los visitantes. Dar mayor difusión a la piscina termal que aún continúa abierta en la localidad, con una capacidad para unas 250 personas (cuya agua ofrece beneficios tanto para la piel y enfermedades cómo el reúma), se une a proyectos de futuro como la creación de un hotel balneario y un centro ecuestre. Con estas medidas pretenden, además de fomentar la construcción a través de obras incentivadas por el Consistorio, convertirse en un punto de obligada parada para granadinos y, especialmente, para los turistas. Y es que los beneficios de las aguas malaheñas son bastante conocidos en la provincia, pero no tanto en otros lugares y es precisamente este aspecto el que pretenden fomentar para que cómo, ocurrió en el siglo XIX, la fama de estas aguas vuelva a extenderse por toda Europa.
Entre los vecinos de La Malahá son de sobra conocidos y valorados los aspectos positivos de su líquido más preciado y la mayoría reconocen haber aprovechado sus propiedades.
La época musulmana dejó en La Malahá gran parte de su presente. La relevancia del agua, las termas o el aljibe, forman parte del pasado, pero también de la actualidad del municipio, que ha conservado a lo largo de los años la esencia que lo hizo crecer hasta convertirse en lo que hoy es. Asimismo el torreón de vigilancia o el puente para acceder a las pozas de sal provienen de los romanos. Por eso la mayoría de los malaheños coinciden en asegurar que se sienten orgullosos de su pasado y son conscientes de que ahí están las bases de su futuro.
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