La Brigada de Extranjería investiga por qué las pateras parten sin apenas gasolina

Les dan gasolina para apenas hacer 50 o 60 millas, cuando la distancia que separa la costa de Marruecos, desde Nador o Alhucemas -punto de partida de la mayoría de las pateras interceptadas en la costa granadina y almeriense-, hasta la española es superior al centenar.

Esta circunstancia que ha sido detectada en las últimas llegadas a la costa granadina, sobre todo en las de subsaharianos, ha motivado que la Brigada de Extranjería de la Policía Nacional en Motril comience una investigación para intentar esclarecer por qué ocurre este hecho, ya que la Policía Nacional de Motril fue pionera en la detención de los patrones de las embarcaciones, y el ponerlos a disposición judicial.

Ahora les toca averiguar el porqué el máximo número de ocupantes de las pateras, ayer 77, en apenas siete metros, y si la disminución del precio del viaje que se le cobra al inmigrante motiva que les den menos gasolina.

El caso es que en la mayoría de las veces las pateras están abocadas a no terminar la travesía y a confiar en la llegada de Salvamento Marítimo o ser vistas por alguna embarcación.

En el caso de ayer, el patrón de la Salvamar Hamal, Enrique Garberí, apuntaba que cuando llegaron "apenas tenían gasolina para hacer unas millas más" y que, aunque estaban en marcha, les vio "cara de felicidad cuando fueron rescatados".

Además algunos de los inmigrantes, al llegar, mostraban su alegría besando el suelo del Puerto de Motril.

Y es que en la tarde de ayer, tras ser avistados por el pesquero con base en Motril Señor Nuestro, miembros del Servicio Marítimo de la Guardia Civil y de Salvamento Marítimo interceptaron una patera con 77 inmigrantes de origen subsahariano cuando se encontraban a unas cinco millas de la Isla de Alborán. Entre los ocupantes de la embarcación viajaban siete niños, que apenas tenían entre uno y tres años, así como once mujeres. Todos, menos uno que tuvo que ser llevado al Hospital Santa Ana de Motril por una infección en el ojo, se encontraban bien y fueron atendidos nada más llegar al puerto de Motril por voluntarios de la Cruz Roja, que les dispensaron una primera atención médica y alimenticia, al mismo tiempo que les dieron ropa seca ya que venían mojados.

Los inmigrantes permanecerán en el Centro de Acogida que dispone la Policía Nacional en el Puerto de Motril donde intentarán averiguar sus países de origen por si pueden ser devueltos. Y en caso de los niños, junto a sus madres y en algún caso con su padre, por la reagrupación familiar, serán enviados a centros de la Cruz Roja en distintos puntos de España.