Cenes de la Vega, encanto y cercanía

La granada del siglo XXI

El municipio ha registrado un gran crecimiento demográfico en los últimos años debido a la cercanía de la capital

Cenes de la Vega, encanto y cercanía
Cenes de la Vega, encanto y cercanía
Rebeca Alcántara

02 de marzo 2010 - 05:01

Apenas cinco kilómetros separan la capital granadina de un municipio convertido en una de las más importantes ciudades dormitorio de la provincia y el único conectado con Granada a través de una línea de autobús urbano. Cenes de la Vega es casi una extensión de la capital y probablemente por ello en las últimas décadas ha sufrido un importante crecimiento demográfico, además de un considerable auge de viviendas de segunda residencia. Y parece que esta cercanía ha marcado desde su nacimiento su desarrollo, porque según data su historia, ya en la época árabe existía la localidad, pero los habitantes sólo llegaban hasta ella para la cría de la seda y volvían a Granada después.

Ésta es la razón de que uno de sus principales objetivos, al mismo tiempo complicado, sea dejar atrás ese pequeño lastre, dejar de ser un lugar para dormir y convertirse definitivamente en un lugar para vivir. Sus más de 6.500 habitantes, sin contar los que viven allí en épocas de vacaciones o fines de semana, hacen que la densidad de población en este pequeño pueblo de apenas siete kilómetros cuadrados, sea muy elevada. Entre los que van y vienen coincide la idea de que el entorno natural y la tranquilidad son las bondades que les hicieron elegir éste y no otro municipio para establecer su vivienda. Y es que aunque sólo sea para dormir, señalan que han aprendido a a apreciar la vida de un pueblo, que además les ofrece la posibilidad de trasladarse a la ciudad con facilidad y rapidez, y es que las buenas comunicaciones con la capital son, sin duda, otro de los rasgos que lo hacen atractivo.

La agricultura y la ganadería apenas tienen ya peso en la vida del municipio. Los ceneros viven del sector servicios y de la construcción, que durante las últimas décadas fue el principal motor económico del pueblo, lo que ha provocado que el índice de desempleo sea considerable en las calles de la localidad granadina. Pero lo que sigue funcionando son los restaurantes, los bares y los hoteles que atraen a visitantes de dentro y fuera del municipio, especialmente los fines de semana. Disfrutar del entorno, realizar excursiones o simplemente degustar la gastronomía típica en este pueblo es para muchos una forma ideal de pasar sus días de descanso. Así son bastantes los ceneros que señalan que los sábados y domingos la actividad en el pueblo se vuelve ajetreada y que las calles se llenan de caras nuevas. El carácter acogedor del municipio ayuda, claro está, a que las visitas no cesen, sino que aumenten.

Sierra Nevada e incluso la Alhambra, a pesar de no estar dentro del término municipal son dos importantes puntos de atracción para los turistas que deciden hospedarse en Cenes, sabiendo que desde este pueblo será rápido y cómodo el acceso a dos de las insignias de la provincia y de ello, sin duda, trata de aprovecharse el pueblo, que ya cuenta con tres hoteles.

Durante la época estival Cenes se convierte en punto de encuentro para jóvenes y no tan jóvenes, que eligen pasar sus días de descanso en el parque acuático con el que cuenta el municipio. Aquaola, abierto desde los años ochenta, es otro de los elementos que han hecho de este pueblo uno de los más conocidos de la provincia por los granadinos, y seguramente uno de esos rincones en el que, por una u otra razón, casi todos han parado alguna vez.

La intención del Consistorio y de los propios ceneros es fomentar esta faceta de ocio, que el municipio se identifique para los foráneos, cada vez más, con un lugar ideal para pasar el tiempo libre y para compartir con los amigos, todo ello acompañado de un clima agradable, especialmente en verano, cuando su situación, un poco más elevada que la capital, le otorga unas temperaturas más amables.

Un pueblo del que sus habitantes se sienten orgullosos, especialmente aquellos que han vivido en él toda la vida, pero también aquellos que lo eligieron para establecerse, para crear su familia y para pasar su tiempo libre, que al final, como ellos mismos dicen, es el tiempo más importante. Un balcón con vistas a Granada, pero en el que el interior conserva y quiere seguir conservando los recuerdos y las tradiciones de su pueblo.

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