Cerrado por … ir a la playa
En la Costa, muchos propietarios de tiendas estiman que abrir en verano equivale a perder tiempo y dinero
Los clientes de los comercios en Motril están un poco desconcertados, porque no saben a qué hora acudir a su establecimiento habitual para encontrarlo abierto, a no ser que desvelen el misterio preguntando o mirando el horario que suele estar colocado en la puerta del comercio.
En la ciudad costera, que duplica su población en verano, colocándose aproximadamente en 120.000 habitantes, cabría esperar que sus comercios aprovecharan la oportunidad de poder vender más, puesto que hay más personas concentradas en el municipio. Craso error.
Hay numerosas tiendas que cierran por la tarde, como si se tratara de una ciudad de interior. Y es que hay quien prefiere dejar de obtener ganancias en su negocio y marcharse a la playa a disfrutar del verano. Pero también, según comentan varios comerciantes de la localidad, no vale la pena abrir por la tarde en la época estival "porque esto equivale a una pérdida de tiempo y de dinero".
Purificación, dependienta de Frutas y Verduras, lo tiene claro: Ella prefiere no abrir por la tarde. "Y no cierro por la mañana porque no puede ser…", explica divertida. El motivo es que sus principales clientes de todo el año se han mudado en verano a sus apartamentos de verano situados en Torrenueva, Calahonda, Salobreña o las playas de Motril.
Pero, ¿qué pasa con los turistas que copan vías urbanas y carreteras durante estos días? "Suelen ir a comprar a los grandes centros comerciales, no se acercan a los pequeños comercios de alimentación, o bien se traen estos enseres de su casa". Para esta motrileña, el problema fundamental al que tiene que enfrentarse el comercio de proximidad radica en que el turismo que llega hasta la Costa Tropical no es de calidad, por lo que los pequeños comercios de toda la vida tienen que olvidarse de hacer el agosto a costa de ellos.
Independientemente del sector, hay muchos locales que cierran por la tarde, copisterías, bares, pastelerías …Uno de los pocos sectores que aguantan el horario vespertino en verano son las tiendas de ropa. Casi ninguna ha cerrado durante la época estival. Eso sí, el horario ha variado y no es del todo estándar.
Rosa, que regenta el local del mismo nombre, abre a las 18:30 y cierra a las 21:30 horas. Olimara sube la persiana del negocio a las 18:00 y la baja a las 21:00, retrasando media hora su apertura y cierre, según una empleada del establecimiento, a la que le queda tan sólo una semana en la tienda, ya que este negocio cierra por no poder soportar el alquiler. Es uno más de los que se cobra la crisis. Esta última también azota este año a los comercios en vacaciones.
Antes de las siete y media de la tarde, según dicen estos comerciantes, no es rentable abrir. El dueño de la relojería Fernando dice que en Motril el comercio se tendría que pasar al horario de otras localidades turísticas "que abren a las 7:00 de la tarde y cierran a las 11:00 de la noche". Desde hace tres veranos ha optado por cerrar por la tarde hasta el 30 de agosto. "Es que aquí no sube nadie", razona. "Por el centro hay algo más de movimiento, pero se empieza a ver gente desde las siete y media de la tarde".
De nuevo en el centro, desde la tienda Olimara reconocen que, efectivamente, registran el mayor volumen de clientes sobre esa hora: "Cuando la gente ha vuelto de la playa", a no ser que sean personas que vienen de poblaciones cercanas "que son los primeros en entrar tanto por la mañana como por la tarde".
El resto está "echándose la siesta" o "disfrutando de su aire acondicionado tan a gusto en su casa, que con el calor que hace no me extraña", señala la empleada.
Pero, ¿adónde van los turistas a comprar entonces? Suelen respetar la proximidad a su residencia de vacaciones y tan sólo se mueven para desplazarse al hipermercado. Este tipo de establecimientos sí nota cómo se le quedan pequeñas sus plazas de aparcamiento y, por supuesto, estos negocios no tocan su horario en todo el verano.
En calles periféricas al centro de la localidad se encuentra el supermercado Mari Carmen, perteneciente a la cadena de supermercados Covirán, que cierra por las tardes desde el 11 de agosto. "No merece la pena estar aquí toda la tarde con el aire acondicionado conectado para hacer 40 euros de caja", señala, aunque alguna tarde sí que ha abierto. "Y como nunca me cojo vacaciones, este verano he decidido que yo también me voy a la playa", confiesa.
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