Diezma mira a la Sierra
La granada del siglo XXI
El municipio se sitúa a poco más de cuarenta de kilómetros y tiene menos de un millar de habitantes
En la vida hay momentos para todo, para la tranquilidad y para el ajetreo, para el sosiego y para la actividad. Y existen rincones, lugares, más o menos conocidos, en los que se puede disfrutar con el simple hecho de pasear, donde se puede respirar hondo y seguir hacia adelante y en los que con el gesto de mirar al horizonte se descansa.
A unos cuarenta kilómetros de la capital, en la comarca de Guadix y el Marquesado, se sitúa Diezma, un municipio que no llega a los mil habitantes y en el que la naturaleza forma parte de la vida cotidiana de los vecinos.
Los campos rodean las viviendas que se levantan en las calles del pueblo y es que la mayoría de los diezmeros continúa viviendo de la agricultura. El olivar es el principal cultivo, el aceite se convierte, como para otras muchas localidades andaluzas, en el oro líquido que es el medio de vida para sus habitantes. Junto a ello la cereza es también otro de los cultivos que destaca en el municipio.
Las flores que inundaban los árboles durante los meses de la primavera y que ofrecían una bella imagen, dan ahora paso a los campos repletos de jornaleros recogiendo una de las frutas del verano.
Sin embargo no toda la actividad del municipio va unida a la agricultura. Conocido como el mirador de Sierra Nevada, esta localidad apuesta ahora por fomentar el turismo y atraer a visitantes a que conozcan su entorno y disfruten tanto de la naturaleza que la rodea como de sus tradiciones y costumbres. Al hotel rural que ya funciona en el pueblo, se une una nueva iniciativa que pretende incidir en este aspecto. En este sentido desde el Ayuntamiento explican que está prevista la construcción de varias viviendas rurales. El objetivo de este proyecto, uno de los más importantes que tiene el municipio, es potenciar aún más sus recursos, sobre todo ahora que el desempleo ha sufrido un considerable repunte. Y es que si hay algo a lo que aluden muchos de los vecinos del municipio es que la caída de la construcción ha tenido una notable incidencia en la localidad.
El desempleo ha hecho mella en este pequeño pueblo, en el que muchos de sus habitantes, especialmente los más jóvenes, habían tomado la construcción como una alternativa al campo. Algunos se habían trasladado a otros municipios o incluso a la capital a trabajar y ahora se han visto obligados a volver, por ello es muy importante encontrar una alternativa laboral.
El tejido empresarial no tiene gran relevancia, aunque sí existen un par de empresas agroalimentarias que se pueden destacar, una dedicada a la fabricación artesanal de queso y otra a los jamones.
Desde luego Diezma no es uno de esos lugares en los que uno puede encontrar de todo, no es uno de esos pueblos en los que se puede acceder a cualquier servicio, aunque todas las necesidades del día a día están cubiertas, y lo más importante para sus vecinos en la hospitalidad y la sencillez. "Aquí aún nos conocemos todos", asegura una vecina mientras limpia el tranco de la puerta de su casa, y algo así sucede en realidad, porque los que aún no son familia, terminarán siéndolo pronto o lo son de alguna forma, una familia de amigos a los que se pueden acudir en cualquier momento. Un lugar en el que la gente aún sabe el nombre del vecino de la casa de al lado.
Para los diezmeros no hay mejor premio que levantarse cada mañana y mirar al horizonte y ver las montañas de Sierra Nevada y disfrutar de la gastronomía típica del lugar. Las carnes de cacería son uno de los productos más conocidos del pueblo, que se pueden degustar en los bares y restaurantes que hay en sus calles.
Las buenas temperaturas son otro de los atractivos de este pequeño rincón de la comarca, y es que la cercanía de la montaña hace que los veranos sean frescos, y los pases a media tarde, cuando el sol aún está presente, pero con menos fuerza, sean uno de los momentos más agradables de las jornadas estivales.
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