Hasta 41 de los 174 municipios de la provincia de Granada están en riesgo de despoblación. De ellos, 14 están en riesgo extremo y los otros 27 presentan un riesgo "intenso". Es decir, uno de cada cuatro pierden población y si no se aplican medidas para fijarla quedarán desiertos con los años. Y hasta 112 han perdido habitantes en la última década. Estas son a grosso modo las cifras que mejor reflejan el estado de la Granada Vaciada, y que han sido presentadas por el catedrático de la UGR, Andrés Navarro, autor del estudio Análisis de los municipios de la provincia de Granada en riesgo de despoblación y propuestas de medidas para su repoblación y revitalización socioeconómica’. Este dossier de 310 páginas ha sido realizado por la institución académica por encargo de la Diputación de Granada, que busca con este bajar al detalle concreto de los problemas de cada pueblo e implementar medidas concretas que favorezcan el arraigo de sus habitantes y evitar que terminen abandonándolos.

Así, el estudio toma como base para determinar si un pueblo está o no en riesgo de quedarse despoblado el Reglamento del Parlamento y Consejo Europeo, que establece diferentes criterios como el de densidad de población y la pérdida de volumen poblacional. En él, han sido analizados los municipios de menos de 20.000 habitantes del conjunto de la provincia en el periodo 2012-2022 estableciendo un mapa por comarcas de aquellas localidades que necesitan actuaciones para su repoblación y revitalización socioeconómica planteando una propuesta de medidas concretas.

El criterio utilizado para fijar estas cifras de despoblación destacados por UGR y Diputación es el de densidad de población. Los 14 pueblos que se encuentran en riesgo extremo, es decir, tienen menos de 8 habitantes por kilómetro cuadrado son Orce (3,54 personas por cada kilómetro cuadrado), Gor, Puebla de Don Fadrique, Turón, Lugros, Gorafe, Albuñuelas, Alamedilla, Murtas, Arenas del Rey, Ferreira, Dehesas de Guadix, Dólar y Trevélez. Mientras que los 27 en riesgo intenso (entre 8 y 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado) son Villanueva de las Torres, Pedro Martínez, Cástaras, Castril, Lobras, Aldeire, Píñar, Juviles, Gobernador, Agrón, Cúllar, Galera, Bérchules, Castilléjar, Capileira, Fonelas, Huéneja, Lanteira, Almegíjar, La Peza, Huélago, Colomera, Jérez del Marquesado, Válor, Güéjar Sierra, Freila y Los Guájares.

Sin embargo este no es el único criterio analizado en el estudio, que tiene otro que engloba a muchos más municipios como el de la variación de habitantes en el periodo 2012-22, y aplicado a aquellos de menos de 20.000 empadronados. Los pueblos que más población han perdido en los diez últimos años en Granada son Gobernador, que pasa de 322 a 210 habitantes, un descenso del 34,8% y que, de mantenerse este ritmo, quedaría completamente inhabitado o casi dentro de veinte años. Le siguen Agrón (27,8%), Murtas, (25,44%), además de Villanueva de las Torres, Benalúa de las Villas, Torre-Cardela, Montillana, Morelábor y Almegíjar, todos ellos con una pérdida de población del 20% y superior.

En este listado destacan también pueblos ‘grandes’ que han visto descender su número de habitantes entre 2012 y 2022, como por ejemplo Pinos Puente, donde ha bajado un 10,73% su población y baja de los 10.000 residentes, Montefrío (10,7%), Huéscar (9,59%), Alhama de Granada (8,22%), Íllora (6,49%), Guadix (2,26%), Santa Fe (1,82%) o Salobreña (1,15% menos de habitantes que en 2012).

Radiografía de la despoblación

El estudio dibuja la situación población por población, y además establece los puntos en común. Así, en términos medios, un municipio granadino en riesgo despoblación está caracterizado por estar compuesto por cerca de tres núcleos poblacionales, aunque la mayoría sólo tengan uno. El volumen poblacional de estos es de poco más de 1.800 habitantes, con una densidad de población en torno a 22 habitantes por kilómetro cuadrado, y, en la última década han perdido residentes.

Por otro lado, la edad media de la población de estos municipios en riesgo está en torno a 48 años, representando la población dependiente el 35% de la total. Además, es una población en la que predomina la gente mayor sobre la población juvenil, como señalan los diferentes índices de envejecimiento y de dependencia. En cuanto a la distribución por sexo, prácticamente tienen el mismo peso hombres y mujeres, si bien, cuando se trata de población dependiente es mayor el porcentaje de mujeres sobre hombres, concluye el estudio.

Además, la población de nacionalidad no española supone cerca del 7% de la población residente, constituyendo el Reino Unido la principal nacionalidad en aquellos municipios que sí están en riesgo, seguida de Marruecos, la que más presencia tiene, sin embargo, también aquellos pueblos sin riesgo de despoblación. Por lo general, saldo vegetativo negativo, es decir, las defunciones están por encima de los nacimientos. En cambio, el saldo migratorio suele ser positivo.

La tasa de desempleo municipal media es el 21,1% en estos pueblos, es decir, casi uno de cada cinco habitantes en ellos están parados. La principal actividad es la agricultura y la renta bruta media por persona está en poco más de 10.000 euros, que tiene su origen, principalmente, en los salarios, seguidos por las pensiones.

En cuanto a equipamientos, estos municipios suelen tener un centro de educación infantil y otro de Primaria, pero la mayoría carece del resto de centros de enseñanza. Además, suelen tener un consultorio y no suelen tener centros de salud ni tampoco bibliotecas públicas. Tampoco suelen tener biblioteca pública y habitualmente cuentan con dos oficinas de entidades de crédito.

En relación a las infraestructuras, el 37% de los kilómetros de carreteras no están en buen estado, el 16% del alumbrado público tampoco está en buenas condiciones, y más del 30% de sus calles no están en buenas condiciones, resaltando que más del 6% está sin pavimentar.

Medidas

Con lo cual, las medidas para evitar la despoblación se plantean en cinco los ejes estratégicos. De lado, vivienda, turismo sostenible, transporte y cultura de identidad; en segundo lugar empleo, emprendimiento y desarrollo socioeconómico sostenible; seguido de igualdad de oportunidades, mujeres, jóvenes y personas mayores; luego por servicios públicos, infraestructuras verdes, comunicaciones y desarrollo digital; y por último gobernanza e interacción entre administraciones. Cada caso será planteado de forma exclusiva por la Diputación en cada municipio para saber qué medidas pueden funcionar mejor en unos que en otros.