Granada, tierra y fruta soñada por mí

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La granada deriva del latín pomum (que significa manzana) y granatus (sembrado), debido a su forma de manzana y a los centenares de semillas que contiene la fruta. Además, tiene fama de afrodisíaca.

La granada mejora la anemia por su alto contenido en hierro.
La granada mejora la anemia por su alto contenido en hierro.

07 de noviembre 2010 - 05:01

CUENTA la mitología griega que Hades, Señor del mundo subterráneo, amaba profundamente a su sobrina Perséfone, hija de su hermano Zeus, hasta el punto de secuestrarla por amor, con la complicidad de su padre. Un día en el que la joven se encontraba recogiendo flores en compañía de sus amigas, en el momento en que fue a coger un lirio, la tierra se abrió y por la grieta Hades la agarró y se la llevó. Su madre, Demeter, la echaba tanto de menos que lanzó una maldición a la tierra, produciendo una gran hambruna. Al tiempo, Zeus se arrepintió y ordenó a Hades que devolviera a Perséfone, pero ya no era posible pues la muchacha había comido un grano de granada y por ello había quedado encadenada a él para siempre.

Procedente de la Antigua Persia (actual Irán), la granada que da nombre a nuestra provincia, ya era conocida varios siglos antes de Cristo por las antiguas civilizaciones, como demuestra este escrito. Los egipcios la utilizaban como fruta, medicina e incluso para curtir y teñir cueros. También para los romanos era considerada un símbolo de amor y fecundidad, ya que el tocado de las novias se hacía con ramas de granado.

La granada es una fruta que forma parte de las leyendas y de la religión de muchas civilizaciones. Así, para el cristianismo, debido a la abundancia de pepitas y a su color rojo intenso, el fruto del granado es símbolo de plenitud de vida y renovación continua. No es extraño encontrar en numerosos cuadros a vírgenes con granadas en la mano.

Los judíos la consideraban como un signo de bendición debido a su alianza con Yahvé (eran el pueblo elegido). En el capítulo VII del libro de los Reyes, al referirse a la edificación de las columnas del pórtico del Templo de Salomón, dice en el versículo 18: "... y cuando hubo hecho las columnas, hizo también dos órdenes de granadas, alrededor un enredada para cubrir los capiteles que estaban en las cabezas de las columnas con granadas; y de la misma forma hizo el otro capitel ..."

Los árabes fueron quienes más difundieron su cultivo y supieron apreciar sus virtudes gastronómicas y medicinales. En El Corán, las granadas son mencionadas como uno de los dones de Dios. Ellos fueron quienes la introdujeron en España y era tal la fascinación que sentían por ella que cuando llegaron a Al Ándalus, pese a que existían en la ciudad de Granada tres pequeñas poblaciones: Ilíberis (Elvira) Castilla y Garnata, (en la colina frente a la Alcazaba, aunque esta última era más bien un barrio de Elvira), decidieron rebautizarla como Garnatat Al-Jahud (Granada de los judíos). Desde entonces esta singular fruta es utilizada como emblema y símbolo de la ciudad y aparece representada como tal en su escudo.

La granada deriva del latín pomum (que significa manzana) y granatus (sembrado), debido a su forma de manzana y a los centenares de semillas que contiene la fruta. Esto ha tenido influencia en su nombre en varios idiomas. Así, en alemán se la conoce como granatapfel o manzana sembrada. La identidad entre la manzana y la granada ha llevado incluso a algún investigador a afirmar que en el paraíso fue una granada y no una manzana la fruta que Eva le ofreció a Adán en el jardín del Edén.

La granada tiene fama de afrodisíaca. Era habitual verla cultivada en los templos griegos dedicados a Afrodita, puede que por su alto contenido en manganeso, constituyente de enzimas y de hormonas sexuales. La granada es un auténtico tesoro de salud en la despensa. Gracias a su elevado contenido en agua y potasio y su escasez en sodio, facilita la eliminación de líquidos. Debido a su contenido en antocianinas (pigmentos de color rojizo o azulado pertenecientes al grupo de los flavonoides) y vitaminas C y E, frena los procesos de envejecimiento y la aparición de enfermedades degenerativas. Está indicada en caso de diarreas infecciosas (gastroenteritis, colitis) y de flatulencia y cólicos intestinales. Es también antiparasitario o antihelmíntica (actúa frente a parásitos intestinales como tenia o solitaria) por su riqueza en flavonoides y en vitaminas antioxidantes (C y E), que además previenen la arterioesclerosis.

La granada mejora la anemia por la falta de hierro. Su riqueza en vitamina C y su aporte de cobre facilita la absorción del hierro de la dieta. Su jugo es conocido como remedio para un estómago enfermo. Cuando se trata el jugo o semillas con aceite de almendras, las granadas pueden usarse para tratar el dolor de pecho y las toses crónicas.

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