Minas de Alquife: ¿realidad o utopía?
La empresa holandesa de capital alemán Minas de Alquife Holding está dispuesta a reactivar la actividad, que cesó en 1996 · Si todo va bien, se volverían a explotar dentro de tres o cuatro años
En el mes de octubre ha habido una noticia que ha salido en los diarios provinciales día sí y día también. Se trata del proyecto de reapertura de las minas de Alquife, pero hagamos un poco de historia para encasillarlo. Hablamos de Alquife, un pueblo de unos 750 habitantes situado a unos 15 kilómetros de Guadix, ubicado en el Marquesado del Zenete, una comarca tradicionalmente deprimida y que está harta de que se vengan contando "milongas" acerca de la posible reapertura de las minas, que se cerraron definitivamente en 1996.
Sin embargo, ahora todas las partes empiezan a entenderse y parece que el proyecto esta vez sí va en serio. Así, a mediados de mes la empresa holandesa de capital alemán Minas de Alquife Holding confirmaba que tiene previsto reabrir la mina en el año 2015 o 2016. La inversión del proyecto es de 200 millones de euros y prevé dar 1.750 puestos de trabajo en la comarca del Marquesado.
Pero algo ha fallado y, en este caso, ha sido el transporte del mineral desde Alquife hasta el puerto de Almería. Y es que, en un principio, el ayuntamiento almeriense, a través de su concejal de Urbanismo, Pablo Venzal, se opuso al proyecto por los problemas medioambientales que ocasionaría. Esto hizo que, incluso, el subdelegado del Gobierno en Granada, Santiago Pérez, propusiera la opción de llevar el mineral hasta el puerto de Carboneras. Y no ha quedado ahí el culebrón, ya que Málaga también se "ha apuntado al carro" y dice que su puerto estaría encantado de acoger el transporte del mineral de hierro, aunque la opción parece inviable por el coste económico. Lo único que está claro, hasta el momento, es la voluntad del Gobierno de apoyar el proyecto. Incluso la Diputación ha firmado una declaración institucional.
Lo que queda es la ilusión por delante, como la que se refleja en el rostro del alcalde de Alquife, Benito Ruiz, cada vez que habla de las minas. Ilusión y mucho trabajo, solo eso, y que de nuevo todas estas esperanzadoras noticias, no se queden en agua de borrajas y fructifiquen en un proyecto serio.
La historia de Alquife ha estado ligada siempre a la minería ya que los romanos explotaron importantes yacimientos de hierro y los árabes dejaron su impronta en el propio nombre de la población, que era conocida como al-Kahf, que quiere decir "la gruta". Sin embargo, es a finales del siglo XIX cuando comienza la explotación masiva de los recursos del subsuelo de la comarca, conociendo una gran expansión a lo largo del siglo XX, que le daría la primacía en la producción nacional, para culminar en el abrupto cese de la explotación en 1996, de traumáticas consecuencias.
La historia moderna de la minería en la comarca del Zenete se articula en torno a dos grandes compañías, que tuvieron un origen y siguieron evoluciones dispares: Alquife Mines y a la Compañía Andaluza de Minas. Alquife Mines entra en el panorama granadino a finales del siglo XIX tras adquirir las concesiones de la compañía Mines d'Alquife. Su actividad se prolonga ininterrumpidamente hasta 1971, aunque con anterioridad (1953) su capital había pasado a la órbita de Altos Hornos de Vizcaya. La Compañía Andaluza de Minas (CAM) nace como un apéndice del grupo francés Mokta-el-Hadid, que explotaba otros yacimientos de hierro en Argelia, entrando en la minería granadina tras comprar en 1929 a la sociedad minera Bairds 462 fincas. En la rivalidad con el grupo Alquife Mines, la CAM jugó un papel secundario hasta 1953, fecha en que supera la producción de esta.
La principal diferencia entre ambos grupos consistió en la forma de explotación. Bairds ya había comenzado a acometer la transformación de las minas, para explotarlas a cielo abierto, pero fue la CAM quien imprimió a esta tarea una dimensión colosal. El desmonte de los antiguos pozos fue inmenso y muy costoso, siendo hoy visible la montaña de escombros resultante desde muchos kilómetros de distancia. El resultado es un monumental agujero o roza, que en la actualidad se encuentra totalmente inundado al cesar en 1996 la actividad mineral, que implicaba el desagüe permanente.
El poblado también está cerrado y sólo se conservan algunas construcciones.
Habrá que ver en qué se materializa el proyecto de recuperación y cómo se reactiva la actividad.
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