Motril protege sus edificios centenarios para evitar una caída "en cascada"

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Tras el derribo de la Casa Bermúdez, el pleno aprueba una protección cautelar de un año a los pocos edificios singulares que quedan

La Casa Bermúdez fue derribada el pasado mes de abril. / Rosa Fernández
Rosa Fernández

Motril, 14 de mayo 2017 - 02:43

En Motril, hay 60.870 habitantes y 35.760 viviendas. En el centro histórico, hay 2.965 personas y 1.300 inmuebles. De estos últimos, había uno que merecía -según los propios técnicos municipales- una especial protección: La Casa Bermúdez de Castro, que pasó a ser en solo día una montaña de tierra y palos tras su demolición y que ahora es un solar cercado de ladrillos, ante el estupor de muchos motrileños.

Para comprender la conmoción popular hay que enmarcar este hecho en que desde el punto de vista arquitectónico, el número de edificios singulares de Motril es muy reducido, mientras que la lista de edificios desaparecidos con un importante valor histórico es interminable. En ella están los Baños y el Ayuntamiento musulmanes, la Casa de la Aduana, la Casa de la Tercia, el Pósito, la Alhóndiga, la Carnicería, la Casa de la Inquisición, el Hospital y el Ayuntamiento, sin embargo, de estos ejemplos sólo se conserva la casa consistorial y muy reformada.

El mantenimiento de algunos edificios de relevancia arquitectónica hasta la fecha ha sido posible debido a la adquisición municipal de propiedades que una vez rehabilitadas se han destinado a uso público, recuperando así parte del patrimonio arquitectónico, como la Casa de la Palma, el Centro Municipal de Educación de Adultos, la Casa de la Condesa de Torre Isabel (sede del Área municipal de Cultura), el Palacio Ruiz de Castro (hoy Museo Hernández Quero), la Casa Garach, el Ayuntamiento de Motril (construido en 1631, pero del que actualmente sólo se conserva la fachada y la crujía principal) o Casa Garcés (hoy Museo de Historia de Motril). Hay algunas excepciones de patrimonio civil privado, como la Casa Vinuesa (situada en la calle de la Gloria), que se cree que fue construida en el siglo XVIII, o el antiguo Palacio Fernández de Córdoba.

Este último, junto con la casa Bermúdez de Castro, que se ha derribado recientemente, no gozaban de ninguna protección, aunque se decía de ella que era la única digna de un nivel de protección 1 (el máximo) en el Avance del Plan de Protección del Casco Histórico elaborado por el Ayuntamiento, en el que se proponía conservarla para su rehabilitación. Su caída ha levantado toda una polvareda en cuanto a lo que se ha sentido por muchos como un duro golpe al patrimonio histórico de Motril.

Gabriel Medina, estudioso de la historia local, comenta que "su subsuelo debe contener importantes restos de la historia de Motril, pues en esa zona está una de las puertas de entrada a la ciudad". Asimismo, le sorprende que haya desaparecido una construcción que hace poco tiempo "se pretendía proteger", en referencia al citado plan.

Según el investigador motrileño José López Lengo, "rige la plaza de Los Jardinillos el edificio de la Casa Garvayo Bermúdez de Castro, construcción finisecular clásica (huecos de planta baja rematados en arco escarzano; los de la primera, en frontón circular y los de la segunda, adintelados) y la fachada principal ofrece un ponderado equilibrio característico del estilo". También cuenta algunos de los detalles de a quién albergó, como su primer morador, el abogado Manuel Garvayo Sandoval o que nació Manuel Garvayo Ardid, Marqués de Villamantilla y agente de Aduanas en Málaga. Asimismo, hace años ya mencionaba que "el edificio se incluyó en el catálogo de casas provisionalmente protegidas de 1980".

La asociación Buxus se ha llevado las manos a la cabeza tras la destrucción de esta casa, así como IU o Podemos, mientras que el Consistorio ha argumentado que se ha defendido hasta el último momento mantenerla en pie, pero que al no contar con protección nada se podía hacer.

Sin embargo, todavía se le podía dar aún más la puntilla al patrimonio histórico, pues en estos días ha caído otra casa en la calle Nueva y el propio teniente de alcalde de Urbanismo, Antonio Escámez, anunciaba que pueden producirse más casos "en cascada", por la falta de protección de estas construcciones.

Sin embargo, el Pleno del viernes aprobó por unanimidad, entre otras medidas para la protección del casco histórico de Motril, la moción presentada por Izquierda Unida que contempla la inclusión en el catálogo de protección del vigente PGOU de las edificaciones calificadas con distintos grados de protección en el Avance del Plan de Protección del Casco Histórico elaborado por los técnicos municipales.

Antonio Escámez ha explicado que mediante esta aprobación se quiere establecer un control cautelar, por el plazo de un año, para todas las edificaciones de todo el término municipal cuya antigüedad sea igual o superior a 100 años.

"Gracias a este control, se plasma la obligación de someter las licencias que se soliciten sobre este tipo de inmuebles a pronunciamiento expreso del Pleno sobre el posible interés público o no de la conservación e incorporación al catálogo de dicho edificio, previa valoración técnica de la actuación, en caso de demolición, o en Junta de Gobierno Local para el resto de actuaciones", ha remarcado el responsable de Urbanismo y Obras Públicas. Así, el patrimonio histórico motrileño tendrá una tregua para impedir nuevas mermas.

Cae una muestra de la mejor arquitectura motrileña

La mayor parte de la arquitectura residencial señorial motrileña se localizaba en las mejores ubicaciones de la ciudad, en las escasas plazas, junto a las iglesias o en las calles más importantes de la misma. Por lo general, solían ser edificios adosados y alineados entre medianeras de proporciones de tipo medio, preferiblemente situados en esquina, orientados al sur y con escasa decoración de fachada. Aunque en los últimos años del siglo XIX y principios del XX se enriquece la decoración de la fachada principal siguiendo modelos arquitectónicos eclécticos.

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