Música y bohemia junto al mar
Un chiringuito, ritmos experimentales e improvisados y el sol marcan el verano del dueño del chiringuito H2O
Mezclar el ocio con el negocio. Es lo que se ha propuesto este verano el saxofonista, productor y thereminista oscense Justo Bagüeste, que seducido por la sensación de vida que le transmite el mar ha recalado en la playa del Muerto de Almuñécar para pasar el verano y a la vez ganarse la vida. El agua parece ser el motor que lo mueve, y en honor a ella ha decidido denominar H2O al pequeño chiringuito de venta de bebidas que desde principios de julio regenta en esta playa.
La música y el disfrute de la vida son más que suficientes para la felicidad. Es lo que perece mover hoy día al veterano saxofonista, que cuenta en sus espaldas con un intenso currículum en el que destacan sus trabajos en la música electrónica como solista y en grupos como Clónicos, así como sus colaboraciones con artistas de la talla de Bunbury, Nacha Pop o Glutamato Ye-Yé. Ha sido además el responsable de I.P.D. (Inducing the Pleasure Dreams), un colectivo de creación musical que huye de clichés y estereotipos y emplea la tecnología. Su música es un constante experimento -como sus trabajos electroacústicos en los que incluye su aporte al saxofón-, que él mismo define como "artificial". "Todo lo que hago es artificial, y estoy bien así. Lo natural ya lo hizo Dios", destaca desde su chiringuito a pie de playa Bagüeste, quien se define como "un improvisador, alguien a quien le gusta la investigación".
Esa música que marca su vida no está ausente en esta etapa junto a las olas. No sólo por las fiestas o "encuentros musicales" que prevé organizar por las noches en la misma playa, en los intervendrán otros músicos amigos -entre ellos, Javier Almendral-, sino también por su intención de montar un pequeño estudio de grabación para registrar toda la inspiración que le llegue desde el mar. "Mirando al mar soñé", es uno de los posibles títulos que baraja el músico a bote pronto para el trabajo que pretende grabar al aire libre, sin importarle siquiera los ruidos del ambiente. "Si hay viento, el viento es música", dice Justo Bagüeste, para añadir que "el mar me tranquiliza, siempre está vivo, me da energía. Estoy fenomenal".
H20 es "un kiosco que vende agua, refrescos, bebidas no alcohólicas y algo de comida envasada", señala su responsable, quien lleva varios años veraneando en Almuñécar porque "me gusta el color del sol y es un lugar todavía bastante virgen". Al menos lo es el entorno en que se ha instalado, la playa naturista del Muerto, situada junto a Cotobro y a la que sólo se puede acceder a pie. "Aquí viene gente especial, con cierto glamour, y además se liga un montón", apunta el músico, quien considera que "la playa del Muerto es un reducto de buen gusto" y dice haber llegado "buscando situaciones, facilitando el trance y el orgasmo".
Aunque lo suyo es la música electrónica, su instrumento está muy ligado al jazz. Así, aprovechando el carácter de Almuñécar como sede de Jazz en la Costa, tiene entre sus proyectos "crear un off, unas fiestas después del festival con jams, como ocurre en San Sebastián y en todos los lugares donde hay grandes festivales de jazz". Pero este proyecto es a futuro, con un horizonte de cinco años, según él mismo se plantea, dejando claro que su intención es repetir la experiencia en las próximas temporadas. Además de pasarse un verano en la playa, lo que pretende es hacer música, "pero música informal, sin disciplina".
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