Queda mucho por hacer, pero ya se perfila cuáles han sido los efectos negativos de los últimos terremotos en la zona del centro de la provincia de Granada. Entre Chauchina, Santa Fe y Atarfe desde primeros de diciembre se contabilizan más de 800 seísmos, más de 700 han sido registrados desde el temblor del pasado sábado 23 de enero, de 4,4 de magnitud, que causó un herido leve. Como consecuencia de la serie sísmica han aparecido grietas, caído techos, dañado muros y detectado fisuras que ahora, en estos días, analizan tanto los técnicos de Urbanismo de los ayuntamientos como los de Diputación, del Arzobispado, la Agencia Pública Andaluz de Educación y del Instituto Interuniversitario Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos. Además, los consistorios han abierto oficinas de atención a los damnificados donde se han registrado ya unas 630 reclamaciones de ayuda, 500 en Atarfe y otras 130 en Santa Fe, según los datos facilitados por los alcaldes, Pedro Martínez y Manuel Gil.

Martínez indica que “hay algunas viviendas bastante dañadas” aunque no se han determinado problemas estructurales. Sí es cierto que los moradores de estas viviendas “están con familiares”. Son unos quince los domicilios que están en peor estado en Atarfe, municipio en el que se han tomado medidas para evitar daños mayores. Así, se derribó de forma controlada una obra de mampostería en el CEIP Jiménez Rueda, que resultó afectado por el sismo del sábado 23 y el miércoles 26 empeoró. Además, se han retirado ornamentos de fachadas que constituían un peligro en caso de una nueva sacudida. En la oficina municipal se trabaja en tramitar las demandas de indemnización al Consorcio de Compensación de Seguros. En estos días se avanza en el peritaje de los daños, y se prevé hacer un balance global del coste de los daños provocados por los movimientos de tierra más adelante. Sobre e estado de ánimo de sus vecinos, el alcalde de Atarfe apunta a que ya han regresado a sus casas los que decidieron pasar la noche del martes y del jueves en el coche. En este sentido, Martínez recuerda que los técnicos recomiendan quedarse en casa.

En cuanto al otro municipio más afectado, Santa Fe, su regidor, Manuel Gil, destaca que hasta el pasado sábado se habían registrado en la oficina municipal de atención a los damnificados unas 130 solicitudes y “seguramente habrá más”. Hoy lunes está previsto que se actualice el dato del número de vecinos que han puesto en conocimiento del Ayuntamiento los daños sufridos en sus viviendas. El servicio estará “abierto hasta que sea necesario”, recalca el alcalde, que reconoce que “hay quien todavía tiene pavor”, aunque las últimas noches han sido algo más tranquilas, pese a que la serie sísmica continúa y posiblemente engrose el dato de terremotos durante semanas.

En su localidad “alguna familia sí se ha ido” de su casa para alojarse con allegados, aunque Gil destaca que esta situación de realojamiento es “excepcional”. De las reclamaciones ya recibidas el alcalde destaca que “una veintena” se analizarán con “detenimiento” para determinar el alcance de los daños. En estos días el trabajo ha sido intenso en la localidad santaferina, donde algunas calles, como la Real, se han tomado “medidas cautelares” para evitar daños por caída de cascotes. Serán los técnicos los que determinen la necesidad de acometer nuevas medidas en previsión de temblores más fuertes.

Santa Fe tiene otra cuestión pendiente, abordar con la Delegación de Cultura la evaluación del rico patrimonio inmueble de la localidad, con cinco siglos de historia y un casco urbano singular. Según los primeros balances, los daños sufridos no comprometen las estructuras de los edificios y la mayoría de los desperfectos son “estéticos”.

Granada registra una serie sísmica desde el pasado 1 de octubre. El pasado 23 de enero se registró un terremoto de 4,4 y el martes tres seísmos muy seguidos todos por encima de 4 grados de magnitud. El último movimiento importante fue el jueves 28 por la tarde (4,4).