Los trabajadores del sector del manipulado y envasado de frutas, hortalizas, patata temprana y extratemprana de la provincia de Granada no están dispuestos a dar ni un paso atrás en la lucha por las reivindicaciones de sus derechos laborales. Si no se llega a un acuerdo con las distintas empresas de la zona y se consiguen fijar unos criterios razonables para el sector, los próximos 27, 28 y 29 de junio dejarán de trabajar en señal de protesta, una acción que repetirán el 4,5,6 y 7 de julio, y en caso de proseguir la problemática emplazarán al 11 de julio el inicio de una huelga indefinida.

El responsable de Industria de CCOO Granada, Raúl Caro, explica que desde la Patronal se han mostrado una serie de intenciones con la intención de que "perdamos derechos a cambio de dinero, y no estamos dispuestos a vender los derechos". En este sentido señala que se trata de un sector creciente que "ha sido declarado de primera necesidad durante la pandemia, y así se ha trasladado", además de "la necesidad de que los trabajadores cuenten con un salario digno de una vez por todas".

Caro indica que entre las reivindicaciones que persiguen se encuentran fijar una jornada laboral anual, vincular los incrementos salariales al IPC real o establecer mecanismos de conciliación de la vida laboral y familiar, algo que hasta la fecha ha sido rechazado por los empresarios.

Por su parte, el secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT, Francisco Ruiz-Ruano, reseña que el sector está cansado de la precariedad laborar permanente que sufre, debido principalmente por "la actitud de los empresarios".

"Constantemente escuchamos que el sector se tiene que apoyar con diferentes cantidades económicas que emanan de los impuestos de todos, no es posible que un sector que tiene tal cúmulo de subvenciones esté a la cola en derechos laborales, hemos dicho en la mesa de negociación que queremos alcanzar un acuerdo razonable y justo, y sin embargo nos estamos encontrando con un nivel de conflictividad laboral, tanto individual como colectivo permanente", añade Ruiz-Ruano.

Ambos representantes sindicales coinciden en que el del manipulado es uno de los sectores con mayor proyección de futuro en la provincia, y sin embargo, "nos encontramos con un nivel de conflictividad laboral, tanto individual como colectivo permanente". Y señalan que la mayor parte de las disputas aparecen por el incumplimiento de los empresarios del sector, a la hora de realizar sus obligaciones laborales básicas, respetar lo establecido en el articulado del Convenio Colectivo, cumplir con la normativa estatal (ET), allanarse a los requerimientos de la autoridad laboral competente o de la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social.

Además de vincularlo permanentemente al sector del agro y adoptar los mismos criterios de precariedad que históricamente han caracterizado a este último, con contratos de eventuales a fijos discontinuos y/o fijos, realizando horas extraordinarias obligatorias sin ser retribuidas y sin  cotización a la Seguridad Sociales, entre otros motivos.