Religión

Vuelve una congregación de religiosas después del cierre del último convento en Huéscar

  • Regresa a la ciudad oscense la comunidad de Cristo Sacerdote tras la marcha en 2019 de las Dominicas

Hace poco más de un año, Granada Hoy anunciaba el cierre del último convento en la ciudad de Huéscar. Era el de la Madre de Dios de las Dominicas. Hoy retoma el tema de actualidad para dar cuenta de la vuelta de una congregación de religiosas, que ya lo estuvo con anterioridad, las Religiosas Misioneras de Cristo Sacerdote, que además tuvo el honor de haber elegido Huéscar como su primer convento.

Por medio del entonces obispo de Guadix, Don Rafael Álvarez Lara, pudo la madre María Dolores colocar la primera piedra del nuevo instituto, el lugar elegido fue Huéscar, allí pudieron alquilar un antiguo caserón en la Calle Mayor, un edificio en muy malas condiciones, pero en poco tiempo, con ayuda también del párroco y de jóvenes y señoras del pueblo, consiguieron convertir una finca semiderruida en un convento nuevo.

Una vez rehabilitada la casa, comenzaron las labores apostólicas con los habitantes de Huéscar. Fueron los más jóvenes los que con más interés acogieron los servicios de esta congregación, que especialmente se vieron atraídos por la música y el bordado. Otra de las actuaciones importantes fueron las Escuelas Parroquiales y después el Preseminario, donde llegaron a cursar hasta diecinueve niños. Pero el paso por Huéscar de la madre María Dolores, aunque intenso y fructífero, fue corto.

Tan solo un año y medio después, debido a una enfermedad hepática, tras una intervención quirúrgica en el Hospital Militar de Granada, fallecía. Su cuerpo fue trasladado a Huéscar, por su capilla ardiente pasaron todos los vecinos de la ciudad que, percibiendo el olor de santidad, tocaban su cuerpo con pañuelos, estampas y rosarios, mientras la despedían.

Estuvo abierto el convento en Huéscar desde 1957 hasta 1968, conforme pasaba el tiempo el proyecto se iba consolidando y gozando de la aceptación de todos, pero como "lo bueno dura poco", con motivo de la concesión de una escuela para niños, en aquellos tiempos la enseñanza mixta no existía, hubo una fuerte oposición por parte de algunos maestros nacionales de la ciudad, hasta el punto que se vieron obligadas a levantar el convento en Huéscar y se abrió en Granada.

De nuevo, y por petición expresa de varios obispos de Guadix, en especial Don Ignacio Noguer, que las llevó a la Casa de Espiritualidad de Guadix, y ahora Don Francisco Javier Orózo, actual obispo de la Diócesis, vuelven a su origen en Huéscar, donde tres monjas realizan su labor de servicio al párroco, ayudando en lo que le demandan, realizando catequesis para los más jóvenes de preparación para los Sacramentos de Primera Comunión y Confirmación, visita y comunión de los enfermos, y demás actividades pedagógicas.

"Estamos bastante limitadas en nuestro trabajo por la situación creada por la pandemia del Covid-19, pero esperamos que pronto acabe esta pesadilla y podamos realizar nuestras aportaciones a pleno rendimiento", declara Piedad Hernández, responsable de la congregación en Huéscar, y que fue alumna en los inicios de esta congregación, cuando sus padres vivían en Castril.

El próximo año se celebra el centenario del nacimiento de la sierva de Dios, María Dolores Segarra Gestoso, deseando que pronto sea beatificada, pues el Carisma Sacerdotal que ella vivió y que sus hijas continúan viviendo, e intentan difundir, es de una gran actualidad. El pasado 29 de septiembre, el papa Francisco autorizó a la Congregación para las Causa de los Santos la promulgación del Decreto de Virtudes Heroicas de la Venerable María Dolores Segarra.

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