albuñuelas rincón para el descanso

Las casas blancas avisan ya desde que se pone el primer pie en el municipio que el paseo será agradable para el visitante que va a asomarse a un lugar no sólo tranquilo sino con una gran belleza tanto en sus calles como en el paisaje que lo rodea. Más de cuarenta kilómetros separan Albuñuelas de la capital granadina. Un municipio de poco más de mil habitantes en el que parece que el tiempo se ha parado, en el mejor sentido de la expresión.

Las calles empinadas y estrechas muestran su pasado árabe, un entramado urbano característico y que lo hace aún más interesante para los que lo visitan.

En el camino hacia la Costa granadina, esta localidad, de la comarca del Valle de Lecrín, se presenta como un alto en el camino casi obligado, que en algunos casos animará al visitante a quedarse.

En tres barrios, el Alto, el Bajo y la Loma, se divide la localidad, que a pesar de tener una población reducida abarca un amplio término municipal, que cuenta con la Sierra de Almijara y de las Albuñuelas, un entorno que le da un valor aún mayor a su núcleo urbano.

La agricultura continúa siendo para muchos de sus habitantes el principal medio de vida. Olivar, naranjos y almendros, son los cultivos más habituales, aunque el turismo rural comienza a tomar importancia en el desarrollo de la vida de la localidad. Tratar de aprovechar al máximo los recursos, aunque respetando el entorno, puede convertirse en un camino acertado para el futuro de este pueblo, que tuvo que resurgir de sus propias ruinas tras el terremoto de 1884, que afectó de forma muy notable a la localidad.

El término municipal ofrece parajes ideales tanto para el descanso como para la práctica de deportes como el parapente, la espeleología o el senderismo. Y, de hecho, son muchos los que eligen Albuñuelas para trasladarse durante los fines de semana a disfrutar del contacto con la naturaleza y de la tranquilidad.

Los extranjeros también han encontrado en el municipio un lugar ideal para pasar su tiempo de descanso. Ya hay en la localidad varias familias asentadas, que además han logrado integrarse perfectamente en la vida de la localidad. Junto a ellos hay otros que utilizan sus viviendas para las épocas de descanso, pero todos eligen Albuñuelas por su vida sana y sus gentes acogedoras.

Algunas casas rurales han ido surgiendo, además, al hilo de este auge del turismo. Los vecinos aún se reconocen entre ellos y el verano es la época elegida por la mayoría para volver a visitar a la familia y disfrutar de las fiestas. Durante julio y agosto la población crece considerablemente. Aprovechando las vacaciones son muchos los que regresan al pueblo, entre otras muchas razones para poder ver cómo los niños juegan en las calles, algo que en otros lugares parece ya olvidado.