Ana Freire se hace centenaria en la residencia María Zayas de Belicena

La usuaria de este centro de mayores de Granada celebrará este miércoles su 100 cumpleaños

Ana Freire apaga las velas de su centenario.
Ana Freire apaga las velas de su centenario. / Antonio L. Juárez / GPMedia

Como todos los días no se alcanza el siglo de vida, la residencia de mayores María Zayas de Belicena, gestionada por la Fundación Gerón, ha organizado mañana por la tarde una fiesta especial para celebrar el cumpleaños de su residente más longeva: Ana Freire Ávila. Profesionales del centro, junto con familia y amigos y otros residentes compartirán una merienda y la tradicional tarta en el patio del centro, decorado especialmente para la ocasión. Y es que, se ha vivido con gran ilusión la celebración, pues es la segunda usuaria del centro que alcanza el centenario desde que abriera sus puertas hace catorce años.

Ana María nació en Santa Fe, en la calle Las Viñas el 17 de junio de 1925. Es la mayor de cuatro hermanos (dos varones y dos mujeres, estando ya solo en vida las hermanas).

Su familia se dedicó a la agricultura trabajando ella desde joven de jornalera en el campo ayudando a su padre. Se casó con 29 años y tuvo 4 hijos (dos chicas y dos chicos). Actualmente tiene 6 nietos y 5 bisnietos y otro que viene en camino. Al casarse dejó de trabajar e iba de vez en cuando a echarle una mano a su padre con el cultivo de tabaco, quedándose viuda con 58 años.

Las aficiones de Ana han sido principalmente hacer ganchillo (pues les hacía ropa a sus hijos) y su otra gran pasión ha sido el cuidado del Arco o Puerta de Loja de su municipio (uno de los cuatro arcos de su pueblo). Y es que ella junto a una amiga se encargaban del mantenimiento, limpieza y arreglos del arco. Para este objetivo ponían una hucha para conseguir dinero para diversas cuestiones relacionadas con el mantenimiento. Además, en ese arco está la Virgen del Carmen de la cual Ana es muy devota.

Ana se fracturó la muñeca y dejó de hacer ganchillo y empezó a hacer viajes con el IMSERSO. Lo que más le gustaba era ir al balneario y al hogar del pensionista junto a sus amigas para tomar el aperitivo.

En 2017 ingresó en la unidad de estancia diurna de la residencia María Zayas para posteriormente pasar a ser del centro de mayores.

Aunque necesita ayuda para sus actividades cotidianas, participa en las actividades lúdicas de la residencia donde ocupa el tiempo libre además de recibir la visita diaria de sus hijos y nietos.

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