El cuartel de vigilancia aérea se traslada tras 29 años
En primavera trasladarán al personal a la Base del Conjuro, en Lújar · El cambio llevará a reducir a la mitad los efectivos
Veintinueve años después de llegar el cuartel de la Aviación a Motril, podría desaparecer. Para la próxima primavera está previsto el traslado de todo el personal del Escuadrón de Vigilancia Aérea número 9 (EVA 9) con base en Motril a la nueva Base del Conjuro, situada a unos 10 kilómetros en el término de Lújar. Esta base de control de radares, construida casi en la misma época, se encuentra en la actualidad preparándose para acoger este cambio, según ha afirmado en un encuentro con periodistas de la costa el comandante Jefe, Rafael Godoy Toledo.
Las obras de remodelación de la Base del Conjuro han tenido un coste superior a los cinco millones de euros y se están realizando para acondicionar y modernizar los sistemas de vigilancia y control del tráfico aéreo con los que cuenta el ejercito del aire en Motril.
De esta forma, el próximo año entrará en su historia el acuartelamiento con el que ha contado Motril desde el año 1.971 y que fue utilizado en su momento por mucha gente de la costa para hacer el servicio militar sin tener que trasladarse fuera.
Unas instalaciones que se han estado barajando con la posibilidad de que sean la nueva ubicación de la Policía Local y de otras dependencias municipales si prosperaran las negociaciones entre el consistorio y el gobierno central.
El cambio de ubicación también significará una reducción de personal de aproximadamente el cincuenta por ciento, ya que las modernas instalaciones con las que se cuenta en la actualidad en el radar tan sólo necesitan unas sesenta personas, lo que implicará que el resto tendrá que cambiar de destino, algo que ya está ocurriendo en la actualidad.
El comandante Godoy explicó en los desayunos que organiza la Asociación de Periodistas de la Costa y Alpujarra, cómo está integrada y de qué manera funciona la red nacional de vigilancia aérea, en la que participan todos los radares del ejercito del aire de manera conjunta con la aviación civil. Detección, seguimiento, interceptación en los casos que es necesario, son algunas de las tareas de la base. Allí, durante 24 horas al día los 365 días del año, miran a través de pantallas lo que ocurre en el espacio aéreo español. También se controlan los vuelos que pasan por la zona.
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