Una década de cambio en Cúllar Vega

La granada del siglo XXI

El pueblo ha registrado un importante crecimiento en los últimos años, duplicando la población que había en 1998

El cultivo de tabaco sigue siendo un sector importante.
Rebeca Alcántara

13 de octubre 2009 - 05:01

La última década ha significado para Cúllar Vega mucho más que el paso de unos cuantos años. La llegada de nuevos habitantes ha sido casi imparable y desde 1998 la localidad granadina ha duplicado su población, llegando en la actualidad a superar los 6.000 residentes. La cercanía con la capital y el auge de la construcción fueron dos de los puntos que animaron a cada vez más personas a trasladarse a Cúllar Vega.

Junto con el pueblo, la urbanización residencial de El Ventorrillo fue aumentando en importancia y de "las tres o cuatro casas" que se veían por la zona, según comentan hoy los vecinos del pueblo, ahora se concentra casi el 25% de la población. Además, muchos de los que eligieron la urbanización para pasar los meses de verano han decidido con el paso del tiempo establecer allí su residencia definitiva. "Es una zona tranquila y aquí podíamos permitirnos una casa más grande", explica una vecina desde la puerta de entrada a su vivienda. Junto a ella, otra residente de la zona confiesa que cuando se construyó su casa como residencia de verano nunca pensó que terminaría viviendo allí: "Mis dos hijos compraron aquí sus casas y yo tuve claro que me trasladaría para estar cerca de ellos".

En esto estaba pensando el Ayuntamiento de la localidad cuando comprobó hace unos meses la necesidad de que en esta urbanización existiera una oficina municipal para atender a los vecinos de la zona. En breve todos los residentes de El Ventorrillo podrán agilizar muchas gestiones gracias a este punto de atención al público, con el que se pretende adaptar los servicios municipales a la nueva realidad del pueblo.

La vida en Cúllar Vega ha cambiado mucho, como en casi todos los municipios de la provincia. La llegada de habitantes foráneos ha influido bastante pero, además, la construcción ha tenido un papel muy predominante en este pueblo del Cinturón y las viviendas comenzaron a multiplicarse y a variar el paisaje considerablemente. Más de treinta empresas llegaron a trabajar intensamente en los años de bonanza y ahora, con el parón inmobiliario, el desempleo es bastante acusado.

No obstante, el cultivo de tabaco ha continuado teniendo bastante importancia y algunas familias siguen viviendo gracias a este sector. Otros, como sucede en numerosas zonas del entorno, optan por la formación que ofrecen desde el Consistorio para tratar de paliar los problemas causados por la falta de trabajo.

El comercio también está presente en las calles del municipio y la actividad se respira cuando se camina por el centro del pueblo. La mayoría son pequeños comercios, de tradición familiar o de un sólo dueño, a los que los vecinos del pueblo acuden con esa confianza propia del que conoce personalmente a quien hay detrás del mostrador de la carnicería o de la barra del bar.

El concejal de Cultura, Jorge Sánchez, asegura que si hay algo en esta localidad que invita a los visitantes a quedarse es "que tiene vida propia". En este sentido, el edil señala que tratan de huir de convertirse en una ciudad dormitorio y que la intención, tanto del Ayuntamiento como de sus vecinos, es que quienes elijan Cúllar Vega como domicilio terminen sintiéndose parte activa del pueblo. Aunque los residentes reconocen que la cercanía ha provocado que su desarrollo haya estado siempre muy ligado a la capital.

A pesar de los cambios y las dificultades, la vida continúa apacible, pero sin pausa, en Cúllar Vega y los culleros tratan de mantener las buenas costumbres y las conversaciones entre amigos.

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