Los ecologistas le 'lavan la cara' a la playa de La Rijana

Voluntarios del grupo Alborán dedican el Día del Litoral a limpiar los accesos de una de las más bellas zonas de la costa granadina y extraen más de dos toneladas de residuos

Un voluntario, con guantes y una bolsa, va recogiendo basura en el acantilado que protege la playa.
Un voluntario, con guantes y una bolsa, va recogiendo basura en el acantilado que protege la playa.
Rosa Fernández / Motril

06 de julio 2008 - 05:01

La playa de la Rijana es sin lugar a dudas una de las más bellas del litoral granadino. Sus aguas cristalinas han sido testigo de aventuras de piratas, cuya presencia dio lugar a la construcción defensiva que ahora se encuentra en ruinas. Esta preciosa cala, perteneciente al municipio de Gualchos-Castell de Ferro, es frecuentada por turistas que aprecian la limpieza de sus aguas, algo que contrasta con el estado de dejadez que sufre su entorno. Las administraciones se echan la pelota unas a otras y el resultado es que nadie limpia los alrededores de la playa. De un contenedor de basura que había tan sólo ha quedado la cadena que lo sujetaba.

Conscientes de que el entorno de la Rijana merece una mayor atención, los voluntarios ambientales del grupo Alborán, perteneciente a Ecologistas en Acción, decidieron ayer celebrar el Día del Litoral de una manera reivindicativa. Montaron una carpa con información sobre la necesidad de cuidar el litoral y consiguieron que una veintena de personas dedicara un día de su fin de semana de julio a limpiar el suelo de residuos.

Son muchas las personas que se echan a un lado de la carretera para admirar la belleza de la playa de la Rijana. De paso, aprovechan la parada para dejar grandes cantidades de basura. "Algunas latas están tan incrustadas en el terreno que es imposible sacarlas", explicó una de las voluntarias. De todo se encontraron los ecologistas y otras personas concienciadas con el medio ambiente que se unieron a ellos. Una ventana, un cinturón, mucha ropa que sospechan que provienen de los inmigrantes irregulares que llegan a tierra en pateras, pañales de bebé, latas, paquetes de tabaco, botellas y hasta una bolsa entera con platos y vasos de plástico posiblemente restos de una buena comida al aire libre.

"Lo peor son los plásticos", comenta José Rubia, miembro del Grupo Alborán. Estos materiales son altamente contaminantes y "existe el riesgo de que el viento los empuje hasta el mar. Los peces se lo comen y nosotros después nos alimentamos de pescado, por lo que la contaminación llega directamente hasta nosotros", comenta.

Algunos de los residuos amontonados por los voluntarios y después recogidos por un camión del ayuntamiento de Gualchos-Castell de Ferro, tienen el aspecto de llevar años en el lugar, sin que nadie se haya preocupado de retirarlos.

Entre la falta de limpieza por las administraciones y la actitud tan poco concienciada de muchos ciudadanos, estos ecologistas dudan de que la situación vaya a cambiar. Ayer retiraron un par de toneladas de residuos, aunque reconocen que bien se podría haber llenado un tráiler con la cantidad de basura que se acumula en este bello paraje.

Hasta un hueso arrojado a un perro recogieron con sus guantes. Una de las voluntarias reconocía que se le había revuelto el estómago recogiendo tantos pañales usados de niños y papeles con heces.

Entre los voluntarios también había algunos niños, que habían dedicado parte de sus vacaciones a realizar una buena labor con el medio ambiente y que ya empiezan desde jóvenes a estar concienciados. Una familia procedente de Madrid echó una mano a los voluntarios locales. "Tiene que venir alguien de fuera para quitarnos la basura a nosotros", comentaba otro miembro del Grupo Alborán.

Como única recompensa al esfuerzo, recibieron una camiseta y la satisfacción de haber hecho lo que debían.

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