Encapuchados con pasamontañas y gorra, empuñando una pistola y un cuchillo de grandes dimensiones y con amenazas y actitud agresiva. Este era el modus operandi que empleaban dos jóvenes veinteañeros para robar la recaudación de hasta cuatro gasolineras de varios pueblos de la provincia. Los dos detenidos, de 20 y 21 años y sin antecedentes, son vecinos de Granada y Maracena y ya han ingresado en prisión por estos hechos.

Entre los meses de septiembre y octubre, Iznalloz, Campotéjar y Ventas de Huelma –en este último hasta en dos ocasiones– sufrieron varios robos en estaciones de servicio que presentaban el mismo patrón: dos personas ocultaban sus rostros, amedrentaban con armas a los empleados y se apoderaban del dinero que llevaban encima los trabajadores o que había en ese momento en las cajas registradoras del establecimiento. Después, cogían un vehículo y huían del lugar.

Tal y como indicaron desde la Guardia Civil, el primer y el último robo tuvieron lugar en la misma gasolinera de Ventas de Huelma, uno el 15 de septiembre y el último el 16 de octubre, mientras que los otros dos fueron el 8 y el 9 de octubre en una estación de servicio de Iznalloz y en otra de Campotéjar.

Sin embargo, en el último robo su atraco no fue del todo como esperaban. Los ladrones le arrebataron la riñonera al empleado de la gasolinera y huyeron en un vehículo que habían aparcado a unos 200 metros, lo que provocó que el propietario de la gasolinera saliera detrás de ellos, a la vez que alertaba a la Guardia Civil. La persecución se extendió desde Ventas de Huelma hasta La Malahá, donde los detenidos abandonaron el coche y continuaron a pie, consiguiendo finalmente esquivar a su perseguidor.

Tras ello, la Guardia Civil intervino el coche y se hizo cargo de la investigación, en la que los agentes averiguaron que la propietaria era una mujer, pero quien lo conducía de manera habitual era su hijo. Desde entonces fue considerado el principal sospechoso de haber perpetrado los robos.

Posteriormente los agentes consiguieron registrar el vehículo intervenido –los jóvenes lo habían cerrado antes de abandonarlo– y encontraron en su interior un teléfono móvil y la documentación del primer sospechoso; una cartera con documentación del segundo sospechoso y un pasamontañas.

En la investigación posterior la Guardia Civil averiguó que durante la huida los detenidos se habían deshecho de la pistola utilizada en el atraco y de los bolsos riñonera que les habían arrebatado a los empleados de la gasolinera. Ante ello, los agentes hicieron el mismo recorrido que los atracadores y consiguieron localizar los dos bolsos y a unos 500 metros de estos la pistola –una detonadora de la que se investiga si ha sido o no manipulada– y un cargador.

Además, los investigadores también averiguaron que los detenidos habían empleado dos vehículos a los que ponían placas de matrícula falsas: el intervenido, en tres ocasiones, y otro que también pertenecía a la madre de uno de los atracadores, en otra ocasión.