"El miedo a que se repita el desastre de la riada no se quita nunca"

Almuñécar recuerda hoy las inundaciones que hace un año sufrió el municipio · Juan Carlos Martos rememora cómo vivió aquel día y el miedo que aún existe

Juan Carlos, ante el kiosco desde el que vivió la riada.
Juan Carlos, ante el kiosco desde el que vivió la riada.
S. Sebastiani / Almuñécar

21 de septiembre 2008 - 05:01

La inundación que asoló Almuñécar hace exactamente un año dejó una marca profunda en todos los vecinos, especialmente en aquellos que sufrieron importantes pérdidas. El agua dejó un paisaje urbano devastado, como si hubiera sido escenario de una guerra. La Carrera fue uno de los barrios más afectados al estar situado junto al río Seco, colapsado por el denso torrente de agua, lodo y residuos vegetales que bajó de las montañas aquel 21 de septiembre de 2007.

Juan Carlos Martos López es propietario con su padre de un kiosco en plena barriada de La Carrera. Es uno de los afectados.

El comercio sufrió daños y su situación permitió que sus dueños pudieran observar -mientras luchaban por salvar el negocio- la secuencia de los hechos. Martos recuerda que, de pronto, "salió el río y al poco empezaron los coches a moverse, a flotar, y no se podía circular por ningún lado. Estaba todo lleno de barro, cañaveras, ramas…". Todo fue muy rápido: "En apenas 15 minutos salieron los dos ríos y los coches empezaron a flotar y a chocar entre ellos y se colaron en el acueducto", señala en referencia a los dos cursos de agua que se formaron surgidos del río Seco, uno por la calle Empedraillo y otro por la carretera Suspiro del Moro.

La primera reacción de los propietarios del kiosco fue la de intentar salvar sus pertenencias. "Se cerró la puerta y se pusieron trapos por debajo, pero el agua y el barro siguieron entrando. Se rompió la nevera y se perdió bastante mercadería, como los helados, ya que tuvimos que desenchufala para que no hubiera cortocircuitos", rememora Juan Carlos. El agua llegó hasta medio metro, "pero porque estaba la puerta cerrada e intentando por todos los medios que el agua no entrara". Su moto, que estaba aparcada junto al negocio, "terminó encima de la jardinera de enfrente".

De repente, se vivió un panorama desolador con "gente corriendo y asustada". La reacción general de los vecinos de La Carrera fue la de "correr, subir a los pisos y no bajar. Todos miraban desde los balcones lo que pasaba". Ante la pregunta de cómo vivió esos momentos, Martos López responde claro y conciso: "Con mucho miedo".

Juan Carlos dice que "pasaron por lo menos dos meses hasta que el barrio recuperó la normalidad. Los primeros días se quitó lo principal, pero se tardó bastante más hasta sacar todo el barro de las cocheras. El acueducto tardaron algunos meses más hasta repararlo".

Sobre la posibilidad de que vuelva a repetirse un desastre así, asegura que "el miedo nunca se quita, aunque supuestamente han preparado mejor el río para que no vuelva a pasar". Con todo, "muchos vecinos, cuando llueve un poco, quitan los coches y se los llevan a la zona alta de la iglesia o al barrio de San Sebastián".

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