Una mirada a Gójar
La granada del siglo XXI
El pueblo está en el Parque Natural de Sierra Nevada y a poco más de ocho kilómetros de la capital
A poco más de ocho kilómetros de Granada se sitúa una localidad, que a pesar de haber registrado un notable crecimiento en las últimas décadas, conserva aún un estilo de vida de pueblo, que se convierte en uno de sus principales atractivos de cara tanto a los que llegan de visita, como a los muchos que lo eligen como lugar de residencia definitiva.
Situado en la denominada campana de Granada, zona en la que se encuentran las localidades en las que se podía oír el tañido de las campanas de la Torre de la Vela de la Alhambra, este municipio, que supera ya los cinco millares de habitantes, cuenta con un destacado entorno natural, en el que existen numerosos parajes ideales para la práctica de senderismo y que se convierten en un punto más de atracción de este pueblo.
El tejido productivo del municipio no es demasiado destacado. La pequeña vega con la que cuenta supuso en otro tiempo una de las principales fuentes de riqueza. Las hortalizas, así como el olivar o el cultivo del almendro, tenían una notable incidencia en los habitantes del pueblo. Junto a ello el sector servicios cuenta también con una importancia relativa en Gójar, comercio y restauración han sido dos puntos relevantes para el crecimiento para este municipio e importantes fuentes de trabajo para sus vecinos.
No obstante, si con algo ha estado relacionado el crecimiento y el avance de Gójar ha sido con la cercanía a la capital, y es que su camino ha corrido paralelo al de la ciudad, con la que siempre ha tenido una gran conexión. De hecho, como explica el propio alcalde del municipio, Pedro Clavero, son muchos los habitantes de Gójar que se desplazan cada día para ir a trabajar a Granada, tanto a la Administración Pública, como a empresas del sector privado. Sin embargo, esto tiene una doble lectura, por una parte, como afirma el edil, contribuye positivamente en la renta per cápita del municipio, debido a los ingresos de sus habitantes, que en una proporción destacable son profesionales cualificados, pero por otra, el hecho de que se trasladen a la capital para ejercer su profesión provoca que la mayoría de sus gastos los hagan también fuera del pueblo.
Y es que además en Gójar se ha producido un fenómeno, muy habitual en los pueblos cercanos a las capitales, y que acaban haciendo de estas localidades, lugares casi desiertos durante el día, y que al llegar la noche se llenan de habitantes que vuelven tras la jornada laboral, una ciudad dormitorio, que sin embargo, y aunque parezca paradójico continúa gozando de un ambiente cercano.
Y precisamente esta cercanía es una de las características que destacan los gojeños de su pueblo, así como la comodidad y el ambiente familiar, en el que a pesar de los nuevos habitantes que han ido llegando en los últimos años, por las calles de Gójar los vecinos se siguen saludando cuando se cruzan y continúan preocupándose por lo que le ocurre al que vive en la puerta de al lado.
La vida es agradable, el aire es limpio y el agua, el agua de las montañas de la Sierra, en una localidad que además de la cercanía, la tranquilidad y la comodidad, pertenece al Parque Natural de Sierra Nevada, lo que por sí solo le otorga unas características que la hacen ideal para disfrutar de sus calles estrechas y sus gentes amables.
De cara al futuro, este municipio, en el que a la naturaleza se une también un considerable patrimonio cultural, con edificios destacados como la Iglesia de Nuestra Señora de la Paz, pretende mejorar en todos aquellos aspectos que sus vecinos demanden, para ofrecer mejores servicios y dar respuesta a las necesidades que vayan surgiendo.
Dejando atrás los edificios altos, el bullicio, el tráfico y el ruido, muchos gojeños, atraviesan cada día la capital para llegar a un lugar en el que olvidarse de todo hasta el día siguiente y descansar.
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