El misterio de los portacirios marinos

Pescadores han capturado casi una treintena de curiosos objetos en el mar Los trabajos se enmarcan en el proyecto de limpieza de los fondos marinos

En total, los pescadores han recogido más de 41.600 kilos de restos inorgánicos.
En total, los pescadores han recogido más de 41.600 kilos de restos inorgánicos.
Rosa Fernández Motril

13 de octubre 2014 - 05:01

Desde que arrancó el proyecto Aguas Litorales Limpias y Solidarias, los pescadores motrileños han recogido más de 41.600 kilos de restos de residuos inorgánicos del fondo del mar. En este extenso listado se incluyen todo tipo de objetos, "todo lo que se pueda imaginar", indica el profesor de la Universidad de Cádiz e impulsor del proyecto, Enrique Montero: "lavadoras, ruedas, carritos de la compra, plásticos ...Muchas veces de manera inconsciente la gente va a la playa y deja en la arena las bolsas, y todo lo que se deja en la arena el viento lo lleva al mar".

Pero, desde que se implantara esta iniciativa le llamó poderosamente la atención la presencia de numerosos portacirios. "¿Cómo llegan al fondo del mar estos objetos? ¿De donde proceden?", se pregunta el profesor motrileño. Y es que los arrasteros granadinos han hecho acopio de casi una treintena de estos curiosos artículos. Los más cercanos al proyecto, intrigados, incluso llegaron a pensar si no se trataría de algún ritual religioso...

Cuando los barcos llegan a tierra, despliegan sus redes para liberar el pescado, Francisco Estévez se encarga de retirar los residuos inórganicos. "En las redes vienen mezclados con los peces, por lo que hay que separarlos", explica. Luego, los agrupa por clases: "vidrios, plásticos... y finalmente anotamos lo recogido, para dibujar un mapa de residuos". En concreto, en esta jornada han recogido otros dos. "Las incrustaciones que tienen denotan que ya llevan mucho tiempo en el mar, algunos incluso tienen la vela pegada", señala el ex patrón.

Estévez tiene una opinión formada al respecto: "cuando hay temporales, bien sea de poniente o de levante, los barcos no pueden acudir a los caladeros del Mar de Alborán, por lo que para evitar problemas se quedan más pegados a tierra, en esta zona pueden pescar pulpo, salmonete, pijotas... y entonces aparecen muchos más portacirios que cuando van a alta mar".

En concreto, por la zona de las recolecciones, se sospecha que el origen se sitúa en el Peñon del Santo, en la Playa de San Cristóbal en Almuñécar. "La gente acude allí y le ponen velas al Santo que cuando se consumen quedan los portacirios, que luego el viento los tira al mar, para que posteriormente los arrasteros con sus redes los recojan para reciclarlos", manifiesta Estévez. También hay algunos actos puntuales que se celebran en dicho lugar en los que también se quedan las velas que ejercieron de luminarias para adornar el lugar.

Además, el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Motril, Ignacio López, imagina que también hay personas que celebran actos en el mar y que no tienen cuidado de estos residuos. Así, algunos de los que se cree que pueden tener que ver con estas 'apariciones' pueden ser desde lanzamientos de cenizas de difuntos al mar, en los que también tiran los portacirios, hasta cenas románticas o reuniones de amigos a bordo de embarcaciones de recreo.

Ahora que este misterio está casi resuelto después de meses, han aparecido otros objetos no menos enigmáticos. Se trata de un par de una especie de proyectiles cilíndricos de unos 30 centímetros de largo que en inglés alertan de su peligrosidad: 'Flammable. Do not handle. Contains Phosphorus'. Francisco Estévez comenta que cuando los recogió desprendían un gran olor a pólvora quemada, y que, aunque él desconoce su origen, los ha agrupado con las bengalas. "Yo creo que se trata de restos de maniobras, pues sé que alguna vez han hecho pruebas en La Caleta de Salobreña", comenta, encogiéndose de hombros.

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