Consagración

El nuevo obispo de Guadix aconseja a sus diocesanos ser “cercanos a la gente”

  • Francisco Jesús Orozco Mengíbar se ha convertido en el obispo número 89 en una sucesión apostólica bimilenaria

El nuevo obispo de Guadix

El nuevo obispo de Guadix / G. H.

Monseñor Francisco Jesús Orozco Mengíbar ha sido ordenado obispo de la Diócesis de Guadix en una celebración durante la que se ha dirigido sus diocesanos por primera vez y ha compartido con ellos su voluntad de seguir la invitación del Papa al aconsejar “vivir el ministerio episcopal como pastores cercanos a la gente”.

La misa ha contado con la presencia del nuncio apostólico en España Renzo Fratini, cuatro cardenales, cinco arzobispos, catorce obispos, dos cabildos catedralicios, más de un centenar de sacerdotes y varios diáconos, así como “más de mil cordobeses” llegados de diversos puntos de la Diócesis de Córdoba.

El acto ha comenzado con la intervención del nuncio apostólico en España, monseñor Renzo Fratini, quien ha dirigido unas palabras al comienzo de la celebración para transmitir al nuevo obispo sus deseos de un “fértil servicio” a Guadix.

Tras él, ha intervenido el nuevo obispo, que ha pedido a los curas diocesanos de Guadix trabajar “como pastores cercanos a la gente, padres y hermanos que sean amables, pacientes y misericordiosos, que amen la pobreza, no tengan psicología de príncipes y sean pastores con olor a oveja”.

En su alocución, ha citado también al Papa emérito Benedicto XVI además de hacer suyas las palabras por las que el pontífice aseguró le “consuela que el Señor sepa trabajar con instrumentos insuficientes” y que se entrega a las oraciones de sus feligreses.

Tras el agradecimiento al nuncio del Papa en España, al que ha solicitado que haga llegar al máximo pontífice su afecto filial y su gratitud, ha saludado a los cardenales, arzobispos y obispos presentes, y les agradeció la “acogida fraterna” que le han dispensado desde que se conociera su nombramiento el pasado 30 de octubre.

De manera especial transmitió su gratitud a quienes han sido sus obispos consagrantes, que acompañaron su sacerdocio en Córdoba, así como a sus padres, familiares y paisanos del municipio de Villafranca, “por la presencia numerosa”, sus oraciones y por “tanta alegría cristiana” por el hecho de que “el Señor ha llamado a un villafranqueño para ser obispo”.

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