"A pesar de la situación, hay que pensar en el bienestar de nuestras familias"

El municipio afronta los días con un Ayuntamiento al borde de la quiebra, un alcalde que ha tirado la toalla, unos trabajadores que no saben cuándo cobrarán y unos servicios municipales que empiezan a deteriorarse

Plaza del Ayuntamiento de Albuñol.
Plaza del Ayuntamiento de Albuñol.
Juanjo Romero / Albuñol

27 de noviembre 2011 - 05:01

Miguel Santiago, jefe de la Policía Local de Albuñol, cuenta a todo el que quiera escuchar la actual situación por la que están pasando. Una llamada telefónica interrumpe la conversación en las dependencias municipales. Se trata de una editorial de Pamplona interesada en vender unos libros para cursos de formación y Miguel les responde amablemente. "Gracias pero nos es materialmente imposible porque llevamos dos meses sin cobrar y no tenemos ni para gasolina". Un argumento que resume perfectamente la situación por la que están pasando los seis agentes de la Policía Local, así como los 60 trabajadores municipales del Ayuntamiento de Albuñol, entidad que se encuentra prácticamente al borde de la quiebra y que lleva desde el pasado mes de septiembre sin abonar las nóminas.

Santiago lamenta que "el hecho de que no podamos utilizar el vehículo policial está mermando la calidad del servicio que prestamos. Un ejemplo de ello es que no podemos llevar a cabo las comprobaciones en los domicilios cuando solicitan la inscripción en el padrón fuera del núcleo urbano. Además cuando recibimos llamadas del 112 en lo referente a algunos incendios en zonas no urbanas para verificar lo sucedido tenemos que derivar el asunto a la Guardia Civil porque no podemos ir a pie". Y como no se usa el coche pues "nos vemos obligados a usar el autobús para ir a La Rábita, pero el horario nos hace ir a las 10:00 hora y volver a las 12:00 horas, por lo que no nos da tiempo a hacer un recorrido rutinario normal". En general la sensación que se respira entre los trabajadores, añade el oficial "es agridulce, porque como profesionales que somos tan sólo queremos trabajar y recibir por ello las remuneraciones que nos corresponden, y por mucho que queramos entender la situación actual del Ayuntamiento también pensamos en el bienestar de nuestras familias".

Al salir de las dependencias de la Policía Local y dirigir los pasos hacia la plaza del Ayuntamiento, una decena de árboles podados flanquean la plaza que está justo delante del Consistorio. En uno de los bancos está sentado Antonio Ruiz, jubilado. Dice que "algo ha escuchado" referente a que los trabajadores municipales siguen sin cobrar y comenta indignado "para podar los árboles y romper fuentes sí hay dinero pero sin embargo para pagar a los trabajadores no, ¡qué vergüenza!".

A la plaza le rodean también varios establecimientos, entre ellos la cafetería Fefi. Su propietaria, Josefina Monferrer, cuenta que, "excepto por la crisis, no ha notado bajada de ventas, allí siguen asistiendo los mismos trabajadores municipales que antes y hasta en algunas ocasiones lo del impago de las nóminas se lo toman a cachondeo. Siguen viniendo igual que antes, y espero que sigan así porque mi trabajo depende prácticamente de que ellos vengan".

Luz María Gómez, profesora de la Escuela Infantil de La Rábita, sufre en primera persona el impago de las nóminas desde que entró a trabajar en el centro el pasado mes de septiembre y la solución por ahora es la de seguir viviendo en casa de sus padres. "Si viviera sola no sé qué sería de mí. Todas las que estamos trabajando en el centro, desde la limpiadora hasta la directora, estamos en la misma situación".

Hace un par de semanas cobraron la mitad de la nómina correspondiente al mes de septiembre, aunque ya no saben cuándo cobrarán el resto que se les adeuda. La realidad es tan cruda que el alcalde del municipio, Juan María Rivas, decidió abandonar hace unos días su puesto de alcalde no sin antes asegurar que "no hay dinero para pagar las nóminas".

Una difícil situación que el primer edil achaca a que "Hacienda nos hace una retención del 100% de la participación cuando lo justo sería que nos retuvieran una parte para, con el resto, poder hacer frente al pago de las nóminas. De esta forma están asfixiando al Ayuntamiento". Antes de tomar la drástica decisión, Rivas ya advirtió que, de seguir así "habría que pensarse muy bien si se llegaba a cerrar el Ayuntamiento".

Los trabajadores están citados para una reunión donde se les informará de la situación. Para entonces esperan que se haya resuelto el problema, porque según Rivas, la preocupación puede ser mayor ya que, además de las nóminas de septiembre y octubre, las de noviembre, diciembre y sucesivas tampoco están garantizadas.

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