Los pescadores dicen que la nueva norma de la UE significa condenar a muerte al sector

"Si la flota de Motril está ya en la UCI, con la reforma que la Unión Europea pretende aprobar va a estar finiquitada". Con esta frase, el presidente de la Cofradía de Pescadores, Jesús Caparrós, mostró su disconformidad con la iniciativa con la que se pretenden retirar las ayudas al sector. El patrón mayor abogó también por que "si se quiere un turismo de calidad, y la gastronomía de la comarca juega un papel importante en ello, se debe luchar por preservar los productos frescos del mar".

Con esta opinión unánime de rechazo salieron los pescadores y armadores motrileños tras el encuentro mantenido ayer con la delegada de Agricultura y Pesca en Granada, Victoria Romero, y la directora general de Pesca y Acuicultura, Margarita Pérez, en el que esta última les explicó los pormenores de la reforma.

La directora precisó que lo que se plantea es que si en la actualidad existen planes plurianuales para poblaciones específicas, Bruselas quiere redirigirlos para que cada plan cubra una pesquería, con la idea de hacer una gestión "más eficaz" y favorecer la consecución del objetivo de una "pesca sostenible en el horizonte de 2015", según la UE.

La comisaria de Pesca, María Damanaki, planteó a mediados de julio cambios drásticos en la reforma de la Política Pesquera Común más allá de 2013 como, por ejemplo, basar en "datos científicos y no tanto en la negociación política el reparto de cuotas de pesca entre la flota comunitaria, para proteger unos recursos cada vez más explotados".