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El pueblo de Granada que despide el año a su ritmo y con récord

Bubión.

Bubión. / R. G.

Bubión, un pueblo de la Alpujarra granadina al cobijo de Sierra Nevada de unos 300 vecinos, ha despedido el año a su ritmo con las campanadas más lentas del país, un repique cada diez segundos con el que reivindicar una manera de disfrutar la vida con menos prisas y más sonrisas.

Sin prisa y sin campanas pero con sus doce uvas, el aplauso de los vecinos y el respaldo de un turismo que agotó las plazas hoteleras; así ha celebrado su particular Nochevieja Bubión, un pueblo alpujarreño empeñado en marcar su propio ritmo.

Bubión apostó por convertir la filosofía "slow" en una forma de vida y alejarse de las prisas, una fórmula de la felicidad que los ha convertido en el pueblo con las campanadas más lentas del país.

Ese récord lo han logrado con la cadencia de diez segundos entre campanada y campanada, tiempo para evitar atragantarse y garantizar la suerte de este recién nacido año.

"La idea nos la propusieron de Cittaslow para la Nochevieja pasada pero con la pandemia y otras cosas no nos dio tiempo y, esta vez queríamos cambiar la forma de tomarnos las uvas", ha explicado la alcaldesa de Bubión, María del Carmen Pérez.

Y ese cambio ha sido un éxito retransmitido en directo y una oportunidad turística más para este pueblo de unos 300 vecinos trazado de blanco en el Barranco de Poqueira y protegido por Sierra Nevada.

Con la idea ya clara y el apoyo de La Casera, la plaza del pueblo se convirtió en el escenario de las campanadas más lentas del país y el punto de encuentro de vecinos abrigados y engalanados con matasuegras y gorros para ponerle glamur a una noche de récord.

"Es nuestro particular llamamiento a vivir más despacio y a alejarse del estrés, para disfrutar más en un mundo acelerado y esquivar que la vida se nos atragante", ha añadido Pérez.

La Casera se encargó de retransmitir estas campanadas, caseras también en la manera de tañer, y que dejaron hasta tiempo de comentar cómo había ido la cena entre uva y uva.

El movimiento Cittaslow nació en Italia en 1999 y aúna a municipios de menos de 50.000 habitantes que, como Bubión que se sumó en 2018, trabajan por un turismo consciente y respetuoso con el medio ambiente y apuestan por una agricultura basada en la armonía con la naturaleza y en sus cultivos tradicionales.

"La Navidad en general es buena época para recibir visitas pero este año estaba todo reservado. El otro día en un ensayo de las campanadas una pareja que se iba nos decía con pena que se habrían quedado para Nochevieja si hubieran sabido lo de las campanadas, pero que ya no había plazas", ha añadido la alcaldesa.

Bubión, municipio declarado Bien de Interés Cultural, se sumó al movimiento slow porque siempre lo fue.

"Aquí sabemos lo que queremos: vivir con calma y con tranquilidad y divulgar lo importante que es saber pararse, respirar y disfrutar de la vida a nuestra manera", ha subrayado la alcaldesa, que ha tenido a sus vecinos "volcados" con esta propuesta.

"Han ensayado y todo, porque es algo que hacemos y disfrutamos juntos, y al final, todo va de eso, de atesorar vivencias con los tuyos", ha resumido Pérez, que ha empezado el año enseñando al mundo la apuesta de su pueblo por marcar otro ritmo

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