Un mes y medio después de la celebración del referéndum sobre el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), el Ayuntamiento de Almuñécar ha dado a conocer el gasto que le ha demandado a las arcas del municipio la campaña y celebración de la cita electoral. Según las cifras oficiales, el total alcanzó los 79.659 euros, de los que la gran mayoría se destinaron a publicidad e imprenta.

Las facturas pagadas por el Consistorio que preside Juan Carlos Benavides (Convergencia Andaluza) con motivo de la consulta popular alcanzan los 65.000 euros, de los que 46.560 corresponden a publicidad, 17.942 a imprenta, y 492 a transporte. Además, se abonaron 7.324 euros en retribuciones: 6.281 al personal de la Junta Electoral de Motril, y 1.043 al personal colaborador de este organismo. Completan el listado de gastos los 2.520 euros destinados los miembros de las mesas electorales; los 1.748 a los representantes de la Administración; 2.365 a la secretaria y personal colaborador de la Administración; y 708 euros a la Guardia Civil.

Según estas cifras, el Ayuntamiento de Almuñécar manifestó que el desembolso realizado "ha supuesto un gasto de algo más de 2 euros por persona, bastante menos de lo que algunos responsables políticos llegaron a cifrar en el desarrollo de la campaña electoral". En este sentido, recordó que algunos sectores consideraron excesivo el gasto, mientras que "otros periódicos o partidos políticos utilizaron descalificaciones más duras".

Los datos ofrecidos por el Consistorio son sensiblemente inferiores a las estimaciones realizadas por los grupos de la oposición, que situaban los gastos del referéndum como mínimo en 150.000 euros. Hasta el Partido Popular, que apoyaba la consulta, los consideró "desmesurados", mientras que el propio alcalde, Juan Carlos Benavides afirmó que si esa cifra fuera real "nos quedaríamos cortos" dada la "importancia" de la consulta.

Según el Consistorio, "la realidad, con los datos objetivos facilitados al céntimo, es que estas previsiones fueron realizadas claramente al alza con un objetivo claro de intentar erosionar la imagen del Ayuntamiento y del gobierno municipal de Juan Carlos Benavides, intentando situarlo en el escenario de crisis económica". Y concluyó criticando la actitud de "los mismos partidos que no han cuestionado jamás, ni lo harán en el futuro, ningún tipo de celebración de consulta ni elecciones, ya que éstas son la esencia de la democracia y la máxima expresión de la voluntad popular".