La tranquilidad del campo en Benalúa de las Villas

Benalúa de las Villas es un pueblo pequeño, con apenas 1.400 habitantes y en cuyo paisaje los campos de olivos son los principales protagonistas. A unos 36 kilómetros de Granada y poco más de cincuenta de Jaén, el municipio limita además con Alcalá la Real y se encuentra dentro de la Hoya de Guadix, por lo que tiene una situación estratégica. En sus calles las viviendas, que se han ido construyendo cada una al gusto de su propietario, no conforman una imagen muy homogénea, pero un paseo por su casco urbano merece la pena, aunque sólo sea por observar sus peculiaridades.

La tranquilidad se siente en este pequeño rincón de la comarca de los Montes Orientales, el silencio de los campos que lo rodean lo llena casi todo y ese ajetreo al que se acaba acostumbrando la gente en las grandes ciudades, es aquí casi inexistente. Los vecinos que barren el tranco de la puerta o disfrutan de un paseo durante la mañana, son amables con los que quieren conocer un poco más de su municipio y además de destacar los atractivos de su localidad, señalan que ahora están volviendo muchos de los que ya se habían ido. El comercio no es muy abundante y aún se pueden ver algunas de esas pequeñas tiendas en las que se encuentra casi de todo, en las que los clientes paran no sólo a comprar, sino también a saludar al propietario, ese que tiene su vivienda encima y cuyos hijos se han criado subiendo y bajando la escalera, de la tienda a la casa y de la casa a la tienda.

No obstante y sin duda, preguntes a quien preguntes, el principal motor económico de este municipio es el olivar. Basta con echar un vistazo para comprobar cómo los olivos lo copan casi todo y los benauleños han sabido aprovechar sus recursos al máximo.

Desde hace más de medio siglo la cooperativa de San Sebastián se ha convertido en una de las más importantes productoras de aceite de la Denominación de los Montes Orientales. La agrupación, que comenzó con sesenta socios, cuenta ahora con más de 1.700 y desde ella se produce una de las marcas de aceite más reconocidas de la provincia, Conde de Benalúa, que ha llevado su extracto de oliva no sólo por toda la geografía nacional, sino también al extranjero. El aceite se convierte así, como en otros pueblos de esta zona de la provincia, en el oro líquido que hace funcionar el motor de la actividad en Benalúa de las Villas.

Aunque la localidad ha ido sufriendo descensos de la población, ya que muchos de sus habitantes decidían trasladarse a lugares más grandes y en los que pudieran tener una mayor proyección de futuro, casi siempre buscando alejarse del duro trabajo del campo, en la actualidad se encuentra más o menos estable en cuanto a demografía e incluso muchos de estos vecinos han vuelto a su pueblo, ante la complicada situación económica a la que se han tenido que enfrentar.

No obstante, es sin duda el verano y las épocas de fiestas cuando el municipio sufre una transformación mayor, y cuando todos los que se han ido trasladando a otras localidades vuelven a su pueblo para disfrutar.

El nuevo edificio consistorial da la bienvenida a los que llegan a Benalúa de las Villas, un pueblo que continúa creciendo y en el que se intenta que sus vecinos puedan acceder cada vez a más servicios de la forma más cómoda. Sin olvidar nunca su esencia, sus costumbres y su tradición, el pueblo trata de avanzar y de ser cada vez más atractivo no sólo para los que vienen de fuera, sino especialmente para los propios benauleños.