Agricultura

La producción de tropicales se mantiene en la costa de Granada y el agua marcará la del aguacate

  • En esta campaña de mango se espera mantener el nivel de producción de 2020, unas 26.000 toneladas entre Granada y Málaga

El aguacate es uno de los cultivos más frecuentes en la Costa Tropical andaluza.

El aguacate es uno de los cultivos más frecuentes en la Costa Tropical andaluza.

El buen tiempo que tiene la Costa Tropical, y principalmente las zonas comprendidas entre Motril y Almuñécar, hacen que la provincia de Granada se convierta, junto a Málaga, en uno de los mayores productores de frutas tropicales como son el mango, chirimoya, aguacate, o nísperos y otras más exóticas variedades como guayabas, litchis, pitahaya, carambola, kumquat. Tropicales de gran calidad que, unido al auge de empresas especializadas, convierten el litoral granadino como uno de los mayores puntos de exportación de estos productos.

Los primeros mangos y chirimoyas de temporada ya se dejan ver por los estantes de las fruterías, en un inicio de temporada en la que se espera repetir las buenas cifras cosechadas en años anteriores en territorio nacional, y al que habrá que sumar el producto estrella: el aguacate.

Producciones que se concentran principalmente en las provincias de Granada y Málaga, aunque a ellas se suman otras zonas de Canarias, Levante, occidente andaluz y Portugal que han apostado sobre todo por el aguacate, un producto considerado como un "superalimento" y cuya demanda sigue creciendo cada año.

En este sentido, el presidente de la Asociación Española de Productores de Frutas Tropicales, Javier Braun, explicó que en esta campaña de mango se mantendrá el nivel de producción de 2020 -unas 26.000 toneladas entre ambas provincias-, a pesar de que "a los árboles les tocaba cargar más que hace un año".

"Fue una primavera con floración difícil" debido a los cambios térmicos, con momentos en los que refrescaba mucho por la noche y luego hacía bastante calor por el día, indica.

A pesar de ello, reconoce que el mango español, "que ya se ha hecho su hueco en Europa", donde compite sobre todo con el brasileño -presente los doce meses del año y recogido en verde-, está saliendo al mercado con "mucha calidad, en su punto óptimo de maduración y con buenos grados brix", que miden el nivel de azúcar de la fruta.

La campaña de mango, que comenzó con la variedad Osteen, terminará previsiblemente a finales de octubre.

En noviembre, según el presidente de la asociación de frutas tropicales, arrancará la campaña de aguacate con la variedad Bacon, a la que en diciembre tomará el testigo la Hass, la más plantada.

"De momento, los árboles se presentan en buen estado, y confiamos en igualar las cifras de 2020" -unas 60.000 toneladas entre Granada y Málaga-", avanzó Braun.

La chirimoya, cuya producción lidera la Costa Tropical, aguanta mejor el estrés hídrico que el aguacate y el mango, reseñó el vocal de la Asociación en Almuñécar, José Manuel Fernández.

Por su parte, en la zona de Málaga "tenemos la tierra y el clima, pero hay limitación de agua en las zonas de producción por la ausencia de inversión institucional en infraestructuras hídricas", lamentó Braun antes de afirmar que "si no se puede regar, la Axarquía se quedará en la extrema pobreza".

"En 2021 estaremos más o menos en línea de producción de otras campañas, en torno a las 50.000 toneladas, ya que es un "cultivo muy regular, que aguanta mejor la falta de regadío y necesita una mano de obra más profesional", lo que se traduce en "mayores costes" pero también abre la posibilidad de desplazar su producción a lo largo de la campaña, que normalmente finaliza en marzo", indicó el vocal de la Asociación en Almuñécar.

Y añadió que las primeras piezas proceden de la zona de Motril, donde no hay falta de agua de regadío, mientras que en la de Almuñécar no comenzará la producción hasta que no aparezcan las lluvias otoñales.

Calor y falta de agua

Si algo ha quedado claro, es que la presente campaña del mango y del aguacate estuvo marcada por las distintas olas de calor vividas durante la época estival y la falta de agua, que podrían haber sido determinantes para la cosecha de ambas plantaciones.

Por un lado, los productores de mango miraron con recelo las altas temperaturas con miedo a que estas redujeran su calidad o que provocaran quemaduras en este tropical, con el que se espera incrementar el volumen de producción.

Las altas temperaturas podrían haber afectado también a la producción de aguacates, en concreto a la variedad Hass, que resiste mejor las bajas temperaturas.

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