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Noelia reabre el único bar de Yátor, un pequeño anejo de la Alpujarra de Granada

  • Esta emprendedora, hija de un matrimonio de emigrantes de Yátor, recupera el antiguo hogar del pensionista con dos subvenciones al trabajo autónomo y el apoyo de los todos los vecinos del pueblo

Noelia reabre el único bar de Yátor, un pequeño anejo de la Alpujarra de Granada

Noelia reabre el único bar de Yátor, un pequeño anejo de la Alpujarra de Granada / G. H.

Yátor, una pedanía del municipio de Cádiar, en la Alpujarra de Granada, vuelve a tener bar. Sus apenas cien habitantes disfrutar de tener un lugar donde tomar un café, una cerveza y comer, además de ser un lugar de encuentro y socializador en los municipios afectados por la despoblación. 

Al frente de este nuevo negocio del pueblo está Noelia, una joven hija de emigrantes que ha decidido apostar por esta pedanía y reabrir el único bar que funcionó hasta hace unos años, el antiguo hogar del pensionista, que ha bautizado como bar Torrejón. Lo ha hecho gracias a dos subvenciones al trabajo autónomo y al apoyo de los todos los vecinos del pueblo

Esta joven emprendedora, hija de un matrimonio de emigrantes que regresó a su pueblo tras más de 30 años trabajando en la Costa Brava, decidió hace año y medio seguir a sus padres “y cambiar completamente de vida”, según ha narrado Noelia Ortega al delegado territorial, José Javier Martín, que ha visitado el pequeño negocio de restauración.

Con tres hijos de trece, ocho y cuatro años, Noelia Ortega y su marido Kevin no dudaron en dejar atrás la vida que estaban construyendo en Lloret de Mar. “Allí nací y me crie pero mis padres me traían todos los años a Yátor y me enamoré de esta forma de vida”, cuenta la joven. Noelia regresó a esta pedanía de La Alpujarra siguiendo los pasos de sus padres Isabel y Fernando, quienes decidieron pasar su jubilación rodeados “de nuestra gente de toda la vida”. La joven, “que también buscaba una infancia de calidad” para sus hijos, no dudó en aprovechar las posibilidades empresariales que vio en el antiguo hogar del pensionista y determinó abrir un bar ante la falta de oferta de restauración en el anejo.

Noelia, en su negocio. Noelia, en su negocio.

Noelia, en su negocio. / G. H.

“Los habitantes de Yátor se habían quedado sin un sitio donde poder tomarse algo y compartir tiempo con sus vecinos, así que vi la oportunidad de poder abrir mi propio negocio” en el que fuera el centro social de la pedanía. Para ello, esta joven no sólo ha contado con el respaldo de todo el pueblo, sino también con el de la Delegación de Empleo, que la ha ayudado a hacer su proyecto realidad con dos subvenciones al trabajo autónomo con el que ha podido por un lado, afrontar sus obligaciones con la Seguridad Social, y, por el otro, realizar las primeras inversiones gracias a dos subvenciones de tarifa plana y al inicio de actividad que rondan los 6.000 euros.

Con ello, "la Junta de Andalucía lo que pretende es hacer más fácil los comienzos para todos aquellos emprendedores que deciden abrir un negocio y, más si cabe, si con ello evitamos la despoblación en el mundo rural pues propuestas como la de Noelia no sólo se convierten en un plan de vida personal sino que sus beneficios repercuten en todo su entorno”, ha celebrado Javier Martín.

De hecho, el bar Torrejón no sólo se ha convertido en un punto de encuentro para los vecinos de Yátor, donde la población fija no supera los 60 habitantes, sino que sus servicios van más allá de la restauración, pues “igual sirvo un café que recojo un paquete para un vecino o aviso de la llegada del pescadero a otro”, ha afirmado la joven.

La vida aquí es mejor”

El negocio de Noelia ya es conocido en los alrededores, desde donde acuden trabajadores, visitantes y grupos de moteros cada fin de semana. La joven ha contagiado de entusiasmo a los vecinos, quienes la “están ayudando mucho y me están enseñando”, pues para ella también ha sido un desafío cambiar de vida y de oficio. “En la Costa Brava trabajaba como dependienta en una tienda de ropa y tenía un puesto de trabajo fijo pero este proyecto personal me merecía la pena, aquí se vive mejor”, afirma orgullosa.

Esta emprendedora no dudó en fijar su residencia en el pequeño anejo pues “aquí tenemos todo lo que queremos y necesitamos, estamos cerca de otros núcleos más grandes como Cádiar, Ugíjar o, incluso, El Ejido -Almería-, con el que estamos bien comunicados”. “Es verdad que contar con buenas carreteras facilita que un negocio prospere, pero también depende del cariño que se ponga en él para ganarte la confianza de los clientes y la fama a través del boca a boca” y las redes sociales.

Es el modo en el que su negocio ha comenzado a conocerse en los pueblos de la zona para alegría de sus vecinos, que han recibido con los brazos abiertos a Noelia y a su familia. Con sus hijos, “ya son siete niños los que corretean por el pueblo, en Cádiar tienen su colegio, al que les llevan cada día en autobús escolar, y yo tengo mi negocio a nueve pasos de casa. No se puede pedir más”, ha apostillado la joven.

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