Los vecinos de la localidad granadina de Otura, en el Área Metropolitana de Granada, recuperan estos días una tradición con más de tres siglos de historia con la que veneran al 'Señor de la Calle', una imagen que apareció en el siglo XVIII en un muladar, un espacio reservado para acumular estiércol, y a la que rezan con sillas que cada uno lleva de casa.

Cientos de vecinos de este municipio demostrarán esta semana su devoción al 'Señor de la Calle' y darán continuidad a una curiosa tradición centenaria que se celebra desde hace tres siglos en esta localidad metropolitano. 

Desde el día siguiente del Domingo de Pentecostés y durante nueve días, los otureños acuden cada tarde a rezar a la Calle de la Ermita, un estrecho callejón donde se ubica la ermita del Señor de la Calle. Lo hacen portando sus sillas, que colocan pegadas a las fachadas de las casas, para rezar el rosario.

El concejal de Cultura de Otura, Salvador Torres, ha explicado que el origen de esta tradición se remonta al siglo XVIII cuando, de manera fortuita, una vecina encontró en un muladar un lienzo con una imagen de un Cristo portando una cruz.

"Lo llevó a la iglesia para que el cura de Otura le pusiera un marco, pero misteriosamente, unos días después, el lienzo volvió a aparecer en la escombrera. Los vecinos volvieron a llevar el cuadro a la iglesia, y ocurrió lo mismo varias veces más", ha recordado Torres.

El sacerdote de entonces trasladó estos hechos al Arzobispo de Granada, que ordenó que se edificara una ermita digna en los terrenos del hallazgo, un lugar dedicado entonces a acumular estiércol, para albergar a la imagen milagrosa.

Desde entonces, la ermita del Señor de la Calle, que está ubicada en el Barrio Bajo del Casco Antiguo, se ha convertido en lugar de peregrinación para cientos vecinos que durante nueve días le hacen promesas y le piden.

El alcalde de Otura, Nazario Montes, ha agradecido a los vecinos que mantengan viva esta tradición, una mezcla de fervor y folclore.