Los vecinos dudan de la legalidad en la concesión a los chiringuitos

Las asociaciones vecinales de las playas de Motril ponen en tela de juicio el sistema de traspaso de los establecimientos y exigen mayor calidad en el servicio

El chiringuito Alonso es el único que ha respetado la concesión al haber sido heredado de padres a hijos, según los vecinos de la zona.
El chiringuito Alonso es el único que ha respetado la concesión al haber sido heredado de padres a hijos, según los vecinos de la zona.
Nacho Martín / Granada

23 de marzo 2010 - 05:01

Las asociaciones de vecinos de las playas de Motril, por unanimidad, piden participar en la redacción del pliego de condiciones de los chiringuitos "y todo lo concerniente a las actuaciones sobre los mismos", según reza en una declaración de intenciones conformada por 20 puntos, que pretende ser reflejo de la unión sin fisuras en lo concerniente a sus reivindicaciones.

Con esta petición, lo que realmente quieren es que se regularice una situación que, en su opinión, lleva dilatándose durante años. Los chiringuitos de la playa, según explican, han pasado de unas manos a otras sin que se haya pasado por el procedimiento legal establecido. O lo que es lo mismo, deberían haber vuelto a manos de la Administración, según aseguran, ya que esa es la fórmula de la concesión, para que se hubiera procedido a la adjudicación a un concesionario nuevo que habría concurrido en régimen de concurso.

Pero no ha habido esa opción porque desde hace años los chiringuitos de Motril han seguido por un tracto sucesivo en el que terceros se han hecho con ellos. Según cuentan algunos miembros, "tan sólo el chiringuito Alonso ha respetado la concesión, puesto que ha pasado a sus descendientes". Es un secreto a voces.

La protesta no viene sola. No se trata simplemente de regularizar una situación ilegal o anómala. Lo que pasa es que cada vez hay más voces que se alzan en contra de unos chiringuitos que, a su entender, "no son lo que Motril se merece", comenta un integrante de una de las asociaciones, que prefiere no desvelar su nombre a sabiendas de lo impopular de esta postura. Pero no es el único.

Son conscientes de que los chiringuitos en los últimos años lo están pasando mal. Precisamente el presidente de la Asociación de Chiringuitos de la Costa Tropical, Francisco Trujillo, aseguró durante la última reunión con el alcalde de Motril, Carlos Rojas, que los establecimientos que más peligraban eran los de la playa de Poniente, ocho chiringuitos que llevan luchando desde hace tiempo entre retranquearse y alejarse de la arena o aguantar donde están. Algunos de los actuales propietarios están considerando si, por fin, les resulta más rentable abandonar la playa ante el ingente gasto al que tienen que hacer frente si quieren permanecer en ella.

Las asociaciones aseguran que no tienen nada en contra de estos chiringuitos, sino que demandan, en primer lugar, que den servicio todo el año y que "si es preciso, se turnen porque no queremos chiringuitos cerrados". En segundo lugar, las asociaciones de vecinos de la playa de Motril exigen que los establecimientos ofrezcan "calidad", puesto que muchos aseguran estar hartos de tener que irse "a La Herradura o a Málaga para disfrutar de un buen chiringuito".

El portavoz de otra agrupación añade que lo que realmente quiere el público es poder disfrutar de su bebida y comida en la playa en bañador, pero que dentro de eso se debería dar la opción al motrileño o visitante de "una buena oferta".

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