Obstáculos al actuar ante una depresión
Salud mental
La falta de recursos y el miedo al rechazo, barreras para afrontar los problemas de índole psicológica
Más de la mitad de la población duda de su capacidad para apoyar a una persona cercana
“Existen ciertos mitos y estigmas asociados a la salud mental y eso afecta a algo tan importante como es pedir ayuda o saber ofrecerla cuando otra persona la necesita. Tanto para quienes enfrentan la depresión, como para quienes están cerca de ellos, es esencial contar con el apoyo necesario y saber ofrecerlo”, explica el Dr. Javier Quintero, jefe de Servicio de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario Infanta Leonor. Esas palabras se ven reflejadas en el dato que indica que, ante una depresión, el 46% de la población no pediría ayuda por vergüenza y el 44% por el miedo al rechazo.
La cifra procede de la encuesta ‘El apoyo y la búsqueda de ayuda en salud mental: situación y perspectivas en España’, impulsada por Pfizer, con motivo de la conmemoración este 10 de octubre del Día Mundial de la Salud Mental. Otro de los puntos críticos que aborda el informe es la predisposición a buscar ayuda y a ofrecer apoyo a quienes lo necesiten. El 61,8% de los encuestados afirma que, en caso de conocer a alguien con depresión, le gustaría acercarse a ayudar, pero sentiría inseguridad sobre la manera correcta de hacerlo. Este porcentaje es más alto entre los adultos de 45 a 54 años, grupo que muestra una tendencia a dudar sobre su capacidad de apoyo efectivo.
Por otro lado, solo el 28,7% se muestra seguro de saber cómo ayudar, mientras que un preocupante 9,5% admite no tener idea de cómo actuar ante una situación de este tipo. En cuanto a los propios encuestados, el 61,2% afirma que podría pedir ayuda si estuviera viviendo un problema de depresión, aunque un 38,8% confiesa no saber cómo hacerlo.
A la hora de analizar los principales obstáculos para pedir y ofrecer ayuda, el informe indica que las dificultades se centran en la vergüenza (46,2%) y el miedo al rechazo (44,1%). Estos sentimientos afectan especialmente a los españoles de entre 18 y 54 años, mientras que los adultos mayores tienden a sentirse más seguros a la hora de solicitar apoyo. El estudio también subraya que la falta de recursos y el desconocimiento sobre a quién acudir (56,9%) es el principal obstáculo para ofrecer ayuda a otros, seguido de la sensación de intromisión (44,5%) y el temor a ser rechazados (38%).
Curiosamente, el entorno social también juega un papel ambiguo: mientras que un 60% de los participantes cree que sus familiares y amigos tienen la empatía suficiente para escucharles, un significativo 35,7% considera que no. Este dato revela una percepción contradictoria sobre el apoyo social disponible en situaciones de vulnerabilidad emocional.
Redes sociales
En un mundo cada vez más digitalizado, el informe destaca el rol de las redes sociales como plataformas para visibilizar la salud mental. Más del 60% de los españoles, especialmente los de 25 a 34 años, consideran que las redes son “muy importantes” o “bastante importantes” para concienciar sobre la depresión. No obstante, solo el 8,3% recurriría a estas plataformas como fuente principal de información, prefiriendo el consejo de profesionales médicos (79,8%). Entre los jóvenes de 18 a 24 años, YouTube (50,3%) e Instagram (35,9%) se perfilan como los recursos preferidos para obtener información sobre salud mental. A pesar de esto, persiste un sentimiento de falta de recursos e información pública sobre el tema: el 68,4% de los encuestados afirma que la información disponible es insuficiente y necesita ser ampliada.
El informe destaca que la tristeza (75,5%), la apatía (62%) y los problemas de sueño (58,7%) son los síntomas más relacionados con la depresión por los españoles. Sin embargo, otros como el miedo (43,9%) y la indecisión (41,6%) pasan desapercibidos para una gran parte de la población, lo que puede dificultar una correcta identificación de los casos.
Además, los trastornos más comúnmente vinculados con la salud mental son el trastorno depresivo (92,2%), el trastorno bipolar (90,6%) y el trastorno de ansiedad (90,4%). No obstante, la percepción sobre la gravedad y el manejo de estos trastornos varía considerablemente según el perfil sociodemográfico de los encuestados.
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