Sisifemia: cuando la carga la laboral es constante

Investigación y Tecnología

La sisifemia es la sensación de trabajar duro y nada de lo que se hace da sus frutos

Estar estancado en el mismo punto genera frustración y desesperanza, lo que perjudica a tu salud mental y emocional

Presta atención a estas señales que te indican que tu trabajo está afectando a tu salud mental

Los límites como protección del espacio personal y área de bienestar

Emprendedor trabajando por la noche.
Emprendedor trabajando por la noche.
Mercedes Fernández

30 de noviembre 2023 - 07:00

¿Has tenido alguna vez la sensación de que te esforzabas mucho en tu trabajo y que nada parecía ser suficiente? Largas jornadas laborales incompatibles con la vida personal. Trabajo, trabajo y más trabajo. Les pasa, principalmente, a los trabajadores por cuenta propia, a profesionales del telemarketing y otros que trabajan por objetivos. Este fenómeno se llama sisifemia.

Viene de la mitología griega en la que Sísifo fue condenado a rodar una piedra cuesta arriba eternamente. Y es que cuando la carga laboral es constante, la sensación es de estar subiendo una cuesta con una enorme carga a tus espaldas. Así es como los dioses griegos describían una situación en la que una persona se encuentra atrapada en un ciclo interminable de esfuerzo y repetición, sin lograr avances significativos.

Así nace el concepto de sisifemia con el que se describe esa sensación de que nada de lo haces da sus frutos. A esa inversión de tiempo y energía en tareas o metas que nunca llegan a finalizar o que vuelven a aparecer una y otra vez, creando una sensación abrumadora de agotamiento y desesperanza. La parte positiva es que hay algunas señales para reconocerla y ponerle medio.

Cómo reconocer la sisifemia

La parte más difícil es identificar la sisifemia porque estamos tan inmersos en nuestras vidas, concentrados en nuestras rutina y en que el trabajo salga bien, que apenas percibes esas pequeñas señales que te llevan a dar vueltas dentro de un círculo vicioso. Pero, ¿sabes lo bueno de todo esto? Que con un poco de observación a las pistas que te da tu propia salud, serás capaz de identificarla. Vas a notar que:

  1. No progresas. Sientes que estás trabajando duro, pero no avanzas hacia tus metas o vuelves una y otra vez al mismo punto de partida.
  2. Estás permanentemente agotado. La sisifemia te lleva a un agotamiento físico y emocional tan grande y constante que te da la sensación de que nada de lo que haces da sus frutos.
  3. Repites tareas inútiles. Repites las mismas tareas una y otra vez sin ningún tipo de resultado positivo, dando vueltas en bucle sobre lo mismo, sintiéndote incapaz de romper para salir de ahí. Puede que sea también hora de decir "basta" y empezar un cambio en tu vida.
  4. Estás sumido en un gran frustración y desesperanza. La incapacidad de lograr avances puede llevar a la frustración y a la desesperanza, lo que puede afectar negativamente a tu salud mental y emocional.

Cómo ponerle remedio a la sisifemia

Si has tomado conciencia de lo que te pasa y estás convencido de que ha llegado el momento de hacer un barrido y empezar de cero con nuevos propósitos o retomando los olvidados por el camino, ¡enhorabuena! Y si todavía no te atreves a comenzar de cero, toma nota:

  1. Reevalúa tus objetivos. A veces, la sisifemia surge de metas poco realistas o mal definidas. Tómate el tiempo para revisar y ajustar tus objetivos para que sean más alcanzables y significativos.
  2. Establece un plan de acción. Desarrolla un plan claro y realista para alcanzar tus metas. Divide las tareas en pasos más pequeños y manejables para que puedas medir tu progreso de manera efectiva.
  3. Busca ayuda y apoyo. A veces, la sisifemia puede ser el resultado de intentar hacerlo todo por ti mismo. Busca ayuda y apoyo de tu círculo más cercano o de profesionales que puedan proporcionarte orientación y motivación en este sentido.
  4. Aprende de tus errores. Centra el foco en los aspectos positivos y aunque parezca que tienes delante obstáculos insalvables, siempre hay un lugar para las oportunidades y el aprendizaje. Reflexiona sobre lo que no funcionó y quítalo de tu vida.
  5. Cuida de tu bienestar. El agotamiento y la desesperanza pueden empeorar la sisifemia. Prioriza tu bienestar físico y mental mediante la práctica del autocuidado y la gestión del estrés.
  6. Celebra tus logros. A medida que alcances tus metas, incluso si son pequeñas, prémiate. Reconocer tu progreso te ayudará a mantener la motivación y a romper el ciclo de la sisifemia.
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