La OMS activaba este sábado la máxima alerta sanitaria en relación al brote de la viruela del mono, declarada emergencia sanitaria internacional después de que se hayan declarado ya más de 16.000 casos en 75 países desde que se detectaran los primeros en Reino Unido a principios del mes de mayo.  Es la segunda vez en dos años y medio que el organismo se ve obligado a tomar esta decisión ante el avance de una enfermedad, tras hacerlo a principios de 2020 con el estallido de la pandemia a causa del coronavirus. Pero, ¿Qué significa la declaración de esta emergencia a nivel sanitario?, ¿se implementan nuevas medidas?, ¿habrá restricciones? 

Como ya repasamos en otro artículo, tras la primera reunión de expertos de la OMS para debatir la declaración de la 'viruela del mono' como emergencia sanitaria -resultó negativa-, uno de los factores que han impulsado la activación de esta alerta es su propagación rápida y continua a nuevos países y regiones, así como el riesgo de una mayor transmisión a grupos vulnerables, como personas inmunodeprimidas, mujeres embarazadas y niños", según las conclusiones de los expertos.  Ahora, un mes después, un Comité de Expertos dividido en sus votaciones, ha considerado oportuna la coordinación entre países para combatir y reforzar la respuesta contra esta enfermedad infecciosa.

Pese a que las opiniones eran divergentes, quizá porque es una enfermedad ya conocida y con tratamientos disponibles, se trata de la primera vez que el director general ''invalida'' a sus asesores para declarar una emergencia de salud pública. En este artículo repasamos qué significa y qué consecuencias comporta la declaración de una "Emergencia de salud pública de interés internacional".

¿QUÉ SIGNIFICA?

 Esta declaración se valora en un evento extraordinario que se determina que constituye un riesgo para la salud pública mundial. Esta definición implica una situación que se presenta de la siguiente forma:

• Es una situación grave, repentina, inusual o inesperada.
• Es una medida de ''llamado a la acción'' y un ''último recurso''
• Tiene implicaciones para la salud pública más allá de la frontera nacional del Estado afectado.
• Puede requerir una acción internacional inmediata.

La máxima prioridad es la de contener el brote con la mayor celeridad posible para que éste no se propague a más zonas de ese país y a otros países que hasta ese momento se encuentran a salvo de la pandemia. Recordamos que para que se produzca un contagio entre dos personas debe producirse un contacto estrecho, principalmente con las pústulas de la piel, aunque también es posible por gotas gruesas de saliva o contacto sexual.

En este sentido, Ghebreyesus aseguró durante su intervención que, en términos generales, ''la evaluación de la OMS es que el riesgo de la viruela del mono es moderado a nivel mundial y en todas las regiones, excepto en la región europea, donde consideramos el riesgo como alto. También existe un claro riesgo de mayor propagación internacional, aunque el riesgo de interferencia con el tráfico internacional sigue siendo bajo por el momento”.

Por ello, además de medidas higiénicas y de protección en el tratamientos  o contacto con pacientes afectados (restricciones de movilidad, asilamiento, cuarentenas, mascarillas, equipos de protección individual...), la declaración de una emergencia sanitaria internacional comporta un impacto a gran escala en la economía interior de la zona afectada, pero también el efecto 'contagio' que esta declaración produce en el panorama internacional repercute a nivel turístico y comercial.

 Por ello, según afirma Daniel López Acuña, exdirector de acción sanitaria en crisis de la OMS. ''No era una decisión fácil, ya que, por un lado, está el riesgo de subestimar un problema que es importante y, por el otro, el de alarmar en exceso ante una situación que poco tiene que ver con una pandemia como la del coronavirus''. 

RESPUESTA

 Esta declaración pretende incrementar la coordinación entre los países y reforzar los mecanismos para la búsqueda activa de casos y la implementación internacional de medidas que ayuden a poner freno a la circulación del virus, algo que irá revisándose en las próximas semanas según cual sea la progresión del mismo.

Desde el organismo creen que ''con las herramientas que tenemos ahora, podemos detener la transmisión y controlar este brote”, a la vez que matizaron que, ''de momento, se trata de un brote que se concentra entre hombres que mantienen relaciones homosexuales, en especial con compañeros múltiples, lo que significa que se puede detener con las estrategias correctas en los grupos correctos. De hecho, la evidencia actual determina que este grupo de población concentra el 95% de los contagios en todo el mundo''.