Minutos antes de las cinco de la tarde de ayer, bajo un sol de justicia, el patio del colegio del Santo Rosario estaba invadido por decenas de niños vestidos de hebreos de todas las edades, algunos incluso en la silla conducida por sus madres o en brazos. Esperaban con calor e impaciencia la salida de la primera procesión de la Semana Santa motrileña.

A esa hora, con absoluta puntualidad y un cielo despejado, a pesar del pronóstico de días anteriores que apuntaba la posibilidad de amenaza de lluvia, abrió la comitiva la Cruz de Guía, escoltada por dos faroles, sólo precedida por el Diputado de Hora.

A continuación le siguieron las parejas de nazarenos, que portaban palmas blancas y conformaron los tramos que precedían al Cristo de La Borriquita. Un nutrido grupo de niños revestidos a la usanza hebrea participaban del cortejo en estas primeras secciones que encabezaban la carrera de la Cofradía.

El cortejo que precedía al Cristo concluyó con la Presidencia. Inmediatamente después el acompañamiento litúrgico, compuesto por cuatro ciriales, incensario y pertiguero, todos ellos revestidos de dalmáticas, y tres monaguillos turiferarios revestidos de sotana y roquete. El Fiscal de Paso precedió al Misterio.

Tras el paso, la interpretación musical corrió a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora del Rosario, conjunto propio fundado en 2006.

La sección de palio la abrió el acompañamiento litúrgico de la Cruz parroquial acompañada por una pareja de ciriales, seguido del primero de los tramos que precedía a la Virgen del Rosario.

La Hermandad ya está trabajando con la Delegación de Arte y Ornato de la Curia Diocesana, para el encargo de una nueva imagen del Señor de la Borriquita y del animal, bajo la gubia del imaginero jiennense Antonio José Martínez Rodríguez, por lo que la que salió ayer será -en principio- la última que recorra Motril.