La iglesia de Santiago, en la calle Marqués de Falces, tiene en estos días más trasiego del que habitualmente ha tenido en los últimos años. Y es que la Federación de Cofradías avanza en la adecuación de este templo tras la cesión prometida por parte del arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo. Así, esta iglesia mudéjar que ha sido gestionada en las últimas décadas por las religiosas del Servicio Doméstico, pasará a ser regentada por el ente federativo.

El historiador del arte y museólogo Venancio Galán es la persona que la Federación de Cofradías ha puesto al frente del acondicionamiento del templo. Para ello, y tras la información que ya se les dio a los hermanos mayores, se ha empezado con una primera fase de reconocimiento de las instalaciones que van a ser cedidas para el uso de los cofrades: la iglesia, dos habitaciones auxiliares así como la sacristía. Todo ello como parte previa al adecentamiento, adecuación de las instalaciones, limpieza y documentación del patrimonio que se custodia en la iglesia. 

Un equipo técnico, comisionado por Galán, se está encargando de iniciar los trabajos de catalogación de todos los bienes para conocer no sólo las obras que se conservan sino también saber cuál es su estado de conservación y tomar aquellas medidas de urgencia que sean necesarias con las obras que tengan un estado más comprometido. Todo ello mientras se va a empezar ya a trabajar en la pintura de algunos espacios y en la instalación eléctrica del templo.

Una iglesia de todos y para todos

El responsable de Arte y Ornato de la Federación de Cofradías, Venancio Galán, asegura que el ente federativo lleva tiempo trabajando en cómo adaptar la iglesia a las exigencias y demandas de la sociedad y del propio mundo de las hermandades y cofradías. Por ello, y tras la planificación que se ha realizado, lo que se pretende "es hacer una gestión multifuncional del espacio, adaptándolo tanto para el uso cultual como cultural, ya no solo de la Federación de Cofradías sino de todas las hermandades, así como del resto de la ciudad. Es una iglesia de todos y para todos".

La intención de la Federación de Cofradías es que la iglesia de Santiago pase a convertirse en un nuevo espacio de referencia de la vida cofrade de la ciudad. De un lado reactivando el culto de esta antigua parroquia, donde fue bautizado Pedro de Mena y donde descansan los huesos del genial Diego de Siloé, trasladando hasta aquí las mismas y celebraciones que habitualmente se celebran o en la parroquia del Sagrario así como de forma itinerante en otros templos.

Asimismo, se le quiere conferir desde la federación un uso cultural: "puede ser un gran sitio donde celebrar, por ejemplo las charlas cuaresmales, pero también el pregón de las glorias, la presentación de la revista Gólgota o la crónica de la Semana Santa", asegura Galán. De igual manera, la Federación de Cofradías espera poder transformar el espacio y poder realizar exposiciones temporales u otro tipo de eventos, tanto de la propia institución como abierta a la cesión a todas las hermandades: "nos gustaría poder poner a disposición de las hermandades y cofradías la iglesia de Santiago para cuando necesiten presentar un cartel, dar un pregón o realizar una exposición y dar a conocer sus estrenos o dar a conocer su patrimonio".

Aunque la Federación de Cofradías no tiene todavía asignada ninguna partida presupuestaria para la conservación del templo, Galán espera poder trabajar en la rehabilitación interior de la iglesia, devolviendo el esplendor a algunas de sus obras más relevantes y significativas, como el tabernáculo tallado por Nicolás de Villoslada. "Queremos contar con una vía de financiación, donde la gente pueda colaborar también con sus donativos o que nos permita acogernos a algunas de las ayudas de la Junta de Andalucía", ha expresado Venancio Galán.

La Federación de Cofradías no ha precisado fecha aún sobre la apertura del templo pero confía en que pueda hacerse en los próximos meses. Mientras, Venancio Galán junto con su equipo, formado por Sergio Ortega, Alejandro Vílchez y Lucía Ruiz, trabajan por hacerlo posible.