Patrimonio

El Santo Cristo de Mena recupera su esplendor

  • La profesora Carmen Bermúdez, coordinadora de la restauración, reivindica la ética profesional

  • La investigación realizada por Venancio Galán fecha la obra en la etapa de su autor

El Santo Cristo de Mena recupera su esplendor original

El Santo Cristo de Mena recupera su esplendor original / D.G. (Granada)

El Museo de las Carmelitas de Granada abrió este sábado sus puertas para presentar los trabajos de restauración de una imagen excepcional de su patrimonio, un imponente crucificado de 1,88 metros firmado por uno de los grandes maestros de la escultura barroca, Alonso de Mena. Tras dos años de trabajo, el equipo dirigido por Carmen Bermúdez daba a conocer los resultados de la intervención realizada a la imagen del Santo Cristo, la cual ha tenido como objeto "recuperar la identidad perdida de la obra de arte", tal y como apuntó la propia restauradora.

Un equipo interdisciplinar de cuatro personas ha contribuido a devolver el aspecto original de esta obra de arte, considerada como una de las más importantes del patrimonio de la Orden del Carmelo en España, tal y como señaló el padre carmelita Fernando Millán. Un trabajo donde "se han eliminado, una por una, las distintas capas de suciedad y de repintes que tenía la talla", apuntaba Bermúdez, y que "permite que hoy conozcamos el aspecto original del Santo Cristo".

Asimismo, la profesora Carmen Bermúdez señaló la minuciosidad de todo el proceso que se ha prologando durante dos años más un tercero de acondicionamiento de la imagen al actual espacio de exposición, en el sotocoro de la iglesia. Una labor que da dio pie a esta académica jiennense a poner en valor el trabajo de los restauradores y la necesidad de concienciar a la sociedad en ponerse en manos de profesionales a la hora de acometer intervenciones sobre el patrimonio.

Por su parte, el director del museo, Venancio Galán, señaló durante el acto de presentación la entidad del trabajo realizado por el equipo de restauradoras así como el trabajo de documentación realizado que permite conocer tanto a la propia obra como la trayectoria de su escultor, situándola dentro de su corpus no en una fase inicial como se pensaba sino en una etapa de plenitud, entre 1629 y 1634.

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