Semana Santa en Granada 2021

La Semana Santa de los priostes

  • Los altares de culto toman el protagonismo en una Semana Santa sin procesiones. Los grupos de priostía y albaceazgo trabajan sin descanso para ofrecer la mejor carta de presentación de cada hermandad

La Semana Santa de los priostes

La Semana Santa de los priostes / Jesús Jiménez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

Dice el refrán que no es oro todo lo que reluce. Y en el caso de la Semana Santa, nunca mejor dicho. Y es que para que todo brille, reluzca y ofrezca la imagen impoluta que el gran público acostumbra a ver cuando pasan las procesiones por las calles de Granada previamente un amplio grupo de personas han estrado trabajando con denuedo para que todo resulte a la perfección. Limpiezas, montajes y vestimentas son solo algunos de los aspectos que cuida cada uno de los priostes junto con su equipo de trabajo. Un esfuerzo callado que lleva tras de sí horas de dedicación y esfuerzo físico incluso cuando, como en este 2021, las hermandades no llegan a salir en procesión.

Ante una Semana Santa tan atípica como la que toca vivir este año, las hermandades han tenido que renovarse para continuar expresando su particular forma de vivir y entender la fe, marcada por la acción asistencial y por los signos externos que hacen que el mundo religioso tome vida en las imágenes y en las ceremonias. Como parte de ese particular modo de expresión, entre lo espiritual y lo cultural, están los altares efímeros que se han erigido para conmemorar esta Semana Santa, un espacio donde acercar a los hermanos y los fieles al calor de las imágenes devocionales. 

Inmortalizando esos momentos únicos que hacen hermandad Inmortalizando esos momentos únicos que hacen hermandad

Inmortalizando esos momentos únicos que hacen hermandad / Jesús Jiménez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

En la Avenida Félix Rodríguez de la Fuente, en el corazón del Zaidín, está la iglesia de María Auxiliadora. Una parroquia que surgió en torno a un colegio y un carisma, el que diera para los suyos San Juan Bosco. El aspecto exterior que ofrece el templo no hace presagiar el profundo arraigo que hay en la parroquia y en el barrio del mundo cofrade, marcado por el acento neobarroco, las telas adamascadas, el bordado en hilo y el fragante incienso. Dos pequeños relicarios de ladrillo, piedra y metal flanquean, cual torres vigía, la puerta de entrada al templo y en él se custodia todo un patrimonio que cobra vida al llegar la Semana Santa. En la recta final de esta atípica Cuaresma, una de estas capillas se convertirá en un lugar de culto donde la gente del barrio un baluarte de redención y una fuente ante la que pedir salud.

"Hemos echado de menos montar el palio aunque tendremos que conformarnos con esto, disfrutando de volver a estar aquí, junto a los titulares"

El prioste de la Hermandad de los Salesianos, Javier Núñez, lleva toda la semana trabajando para dar forma a este altar efímero que sustituye a la tradicional imagen de los pasos de la cofradía. ¿Nostalgia de una semana de pasión al uso? Está bastante claro. "Por supuesto, hemos echado de menos montar el palio aunque tendremos que conformarnos con esto, disfrutando de volver a estar aquí, junto a los titulares y sin la tensión que se acumula normalmente en estos días".

Los hermanos de Los Salesianos montando el altar para el próximo Jueves Santo Los hermanos de Los Salesianos montando el altar para el próximo Jueves Santo

Los hermanos de Los Salesianos montando el altar para el próximo Jueves Santo / Jesús Jiménez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

La parihuela del palio sirve de base de la estructura, a la que se le superponen otros cuerpos de hierro y madera que permiten configurar un andamiaje complejo sobre el cual se yergue el Cristo de la Redención. Los respiraderos adornan los frontales del altar mientras un guardabrisas de caoba espera impaciente para escalar hasta la esbeltez del crucificado de Díaz Fernández. Como contraste, la imagen más humana de lo que es una hermandad: con la puerta entreabierta de la capilla y las últimas luces del día, los más jóvenes apuran su merienda en la escalinata del templo; los hay que se afanan por continuar con el trabajo, trayendo y llevando enseres de un lugar a otro, y quienes aprovechan para ponerse al día, entre caladas, de lo rápido que pasa la Cuaresma y cómo un inminente Domingo de Ramos se cierne sobre todos. "La priostía es sacrificada, son muchas horas y mucho trabajo pero también te regala momentos de hermandad como estos, donde disfrutar con los hermanos y trabajar juntos por la hermandad", asegura Núñez.

"La priostía es sacrificada, son muchas horas y mucho trabajo pero también te regala momentos de hermandad como estos"

- Una priostía siempre es importante para una hermandad, especialmente cuando llega la Semana Santa. En este 2021, sin pasos en la calle,  ¿se ha vuelto igual de imprescindible?

- Esta va a ser la ser la Semana Santa de las priostías, nos está tocando reinventarnos. En una Semana Santa al uso sabemos que hay que montar el paso y sabemos dónde va la candelería o dónde se atornillan las jarras. Pero ahora hemos tenido que ponernos a ver qué montamos, cómo preparamos las estructuras, cómo hacemos doseles, qué ponemos aquí, qué se pone allá... Es más trabajo pero eso ha generado también ilusión entre los hermanos y ha motivado a la gente por ser algo extraordinario.

Y todo ello sin brecha generacional, donde los más veteranos conviven con los noveles entre herramientas y enseres. Un espacio de convivencia en el que, además, destaca la paridad; donde mujeres y hombres, al alimón, comparten tareas y esfuerzos. Así que en Salesianos, la priostía no sólo construye un altar, parece cimentar los valores del presente y el futuro de la Semana Santa. 

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